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SALUD

Hormonas sexuales: Qué son

Las hormonas sexuales son un grupo de hormonas que afectan el impulso del deseo sexual.

Las hormonas sexuales son un grupo de hormonas que afectan el impulso y deseo sexual de los seres humanos. El propósito de estas hormonas es transportar mensajes entre sus órganos y sus células, y en última instancia, mantener el cuerpo equilibrado y funcionando de manera óptima. 

 

Existen cuatro hormonas sexuales principales, que incluyen estrógeno, testosterona, progesterona y dehidroepiandrosterona (DHEA). A continuación te hablamos un poco sobre cada una.

Testosterona. Esta hormona se produce en los testículos, los ovarios y las glándulas suprarrenales. Se trata de una hormona predominante en los hombres y su propósito es mantener la masa muscular, y la resistencia y fuerza saludables. También tiene que ver con la libido, los niveles de energía, la memoria y el bienestar general. Dado que es la principal hormona sexual masculina, es lo que contribuye a que los hombres tengan voces profundas, vello facial y hombros más anchos. 

 

En las mujeres, la testosterona también es necesaria para un equilibrio adecuado y una deficiencia de ella puede provocar baja energía, disminución de la libido y una disminución en la sensación general de bienestar.

 

​​Estrógeno. El estrógeno se encuentra en cantidades mucho mayores en mujeres y hombres. Se produce principalmente en los ovarios y las glándulas suprarrenales, y es una hormona que favorece el crecimiento; su función principal en el cuerpo es el crecimiento y el desarrollo. Esta hormona estimula el crecimiento de las células grasas y es un componente clave en la reproducción. Una deficiencia puede causar varios problemas de salud, que incluyen disminución de la libido, fatiga, inflamación, pérdida de cabello, cambios de humor, arrugas, aumento de peso y migrañas. Cantidades excesivas de estrógeno pueden causar hinchazón, sangrado, sensibilidad en los senos y cambios de humor.

 

Progesterona. La progesterona se produce naturalmente en los ovarios y tiene varias funciones en el ciclo de reproducción. Es responsable tanto de la regulación del ciclo menstrual mensual como de interrumpirlo durante el embarazo. Una vez que se logra la concepción, los niveles regulares y concentrados de progesterona (junto con el estrógeno) es lo que realmente suprime la ovulación. Los niveles altos de progesterona son una de las fuentes del síndrome premenstrual y los síntomas incluyen cambios de humor, hinchazón y sensibilidad en los senos. La progesterona baja tiene sus propios síntomas, que incluyen migrañas, depresión, ansiedad, disminución de la libido, sofocos y anomalías del ciclo menstrual.

 

Dehidroepiandrosterona (DHEA). La DHEA se produce en la glándula suprarrenal y el cerebro, y su función principal es que el cuerpo la use para crear testosterona y estrógeno. La DHEA alcanza su punto máximo a finales de los 20 o principios de los 30 y, lamentablemente, solo cae a partir de ese momento. La DHEA baja a menudo se encuentra en personas con trastornos hormonales, VIH/SIDA, enfermedades cardíacas, diabetes y trastornos inmunológicos.