Karen Cruz-Orduña obtuvo su maestría en Estados Unidos; es hija de unos migrantes que trabajan en el campo de ese país.
El esfuerzo de Alfonso Cruz Martínez y Carmencita Orduña González, trabajadores del campo en Estados Unidos, rindió magníficos frutos: su hija, Karen, por fin obtuvo su maestría en Comunicación.
La joven se graduó de la Universidad Estatal de California (CSU, por sus siglas en inglés), en Monterey Bay, de la carrera de Comunicación. Posteriormente entró a la maestría de la misma área en CSU Northridge. Y no es la única historia de éxito en la familia.
Mi hermano tiene 22 años. Se recibió de Justicia Criminal por la Universidad Estatal de California en Stanislaus, y está solicitando su ingreso a la policía de Ventura y en San José. Él quiere ser agente de policía.
Los padres de Karen son originarios de Oaxaca; de hecho, su padre habla triqui. Sin embargo, ella no conoce el estado mexicano.
Foto: @KarenOrduna143/Twitter
Karen tiene todavía varios sueños por cumplir, quiere ser corresponsal de noticias de una emisión televisiva, pero una de las cosas que más desea es comprarle una casa a sus papás y sacarlos de trabajar.
Si ver a tus padres llegar todos los días levantarse a las tres de la mañana, manejar una hora al pueblito a donde van a trabajar; regresar a las tres, cuatro de la tarde, bien cansados y asoleados, no es suficiente motivación para animar a un hijo a la universidad, no sé qué más puede haber.
La maestría requirió varios sacrificios por parte de la joven, quien en el último año no pudo ver a su familia.
El empeño de Karen por seguirse preparando continúa, quiere hacer un doctorado en Educación o en Estudios Latinoamericanos, sin embargo, está satisfecha con su logro más reciente y con la reacción de sus papás.
Por fin podemos decir que todos los sacrificios que hemos hecho valieron la pena, me dijeron.
Con información de La Opinión
