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¿Habrá menos oficinas en México después de cuarentena?

¿El coronavirus cambiará la forma en que vamos a la oficina? ¿Habrá menos oficinas en México?

Un estudio llevado a cabo en Alemania señala que los bienes raíces relacionados a los inmuebles para oficinas caerán considerablemente este año. Por supuesto, muchas empresas no han querido expandirse en medio de una crisis económica y muchas otras todavía tendrán a sus empleados haciendo home office o teletrabajo durante unos cuantos meses más. En este contexto, es legítimo preguntarse si en México puede haber también una caída en el uso de oficinas después de la pandemia.

Te recomendamos: ¿Cuáles son las ventajas de hacer home office?

La pandemia por el nuevo coronavirus que causa la enfermedad COVID-19 ha cambiado la forma en que nos relacionamos al trabajo. En el mundo, cientos de miles de personas han dejado de asistir a las oficinas para hacer trabajo desde casa (también conocido como Home Office o Teletrabajo). Algunos expertos consideran que estos cambios también transformarán la ocupación y venta de oficinas.

Según un informe de la Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de Información (AMITI), el 20% de los trabajadores hacen home office en Estados Unidos, un 19% de los empleados en la economía formal de India, el 16% en Japón y el 17% de la Unión Europea. Sin embargo, en México, sólo 2 de cada 10 empresas están dispuestas a practicar el home office y todavía no existe un porcentaje certero de personas que ya lo practican.

A pesar de que en México tenemos un retraso considerable en la implementación de esta modalidad de trabajo, se calcula que, para el 2022, más de 60% de los empleados por la economía formal trabajará desde su casa. Mark Zuckerberg, fundador y CEO de Facebook ha dicho que, en los siguientes diez años, uno de cada dos personas en la compañía laborará por teletrabajo. También Twitter planea dejar que la gran mayoría de sus empleados trabajen desde casa y PSA, una empresa automotriz francesa, quiere que todos sus trabajadores que no tienen un empleo directo en la línea de producción lo hagan desde casa. Eso implica que 10 mil personas se unirán a las labores desde el hogar solamente en esa compañía.

El teletrabajo, en realidad, tiene diferentes ventajas para empleadores y para empleados. Por un lado, el 80% de los empleados en una oficina preferiría hacer home office y el 23% de los que, efectivamente lo hacen, aumentan en un 23% su productividad. La empresas que permiten el trabajo remoto llegan a gastar hasta un 18% menos en diferentes utilidades y el ausentismo laboral disminuye en un 19%.

Es cierto, muchas veces el teletrabajo afecta negativamente a los empleados. Se calcula que el 41% experimenta un alto nivel de estrés porque se trabaja un promedio de dos horas más en casa, se atrasan las horas de salida y se adelantan las horas de entrada al trabajo.

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En cualquier caso, a pesar de las enormes ventajas del home office en cuestión de gastos, en disminución del transporte público, en beneficios ecológicos y en una mejora de la productividad, el 66% de los empleadores prefiere tener a trabajadores presenciales.

Ahora bien, si la tendencia al home office continúa después de la pandemia y si, finalmente, muchos empleadores que antes aceptaban esta modalidad a regañadientes acaban convencidos de sus beneficios, ¿qué pasará con las oficinas?

Según un estudio realizado en Alemania, se cree que después de la pandemia la demanda de superficie inmueble para oficinas puede llegar a disminuir hasta en un 20% en el país europeo. Eso, por supuesto, puede impactar el precio del alquiler de oficinas y cambiar todo el mercado inmobiliario relacionado al trabajo.

Sin embargo, la economía en Alemania funciona de una manera muy diferente a la economía en México y nuestra cultura laboral parece estar en un rezago considerable en cuestiones de aceptación del trabajo en casa. Así que no es factible que se lleguen a estos números en México.

De cualquier forma, será interesante observar cómo se desarrolla la importancia del home office en el país y qué impacto tendrá en los bienes raíces. Por ahora, parece saludable que haya más espacios de oficina y que estos espacios estén menos aglomerados. En todo caso, en el posible futuro de nuevos brotes infecciosos, esa será, tal vez, una nueva realidad impuesta.

Por otra parte, los expertos financieros pronosticaron, de hecho, que la primera mitad del año 2020 tendría una considerable caída en el mercado de los bienes raíces, pero que habrá un repunte desde el segundo semestre del año. Por supuesto, el importante crecimiento del sector que se tenía pronosticado se retrasará…

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Según datos recopilados de la Secretaría de Gobernación por El Financiero, el sector inmobiliario, que había crecido establemente desde el 2000 e incluso durante la crisis financiera del 2008, disminuyó un 1.9% durante la pandemia del H1N1. De la misma manera, los créditos para vivienda disminuyeron 19.6% y la cartera vencida incrementó de 4.1% en 2009. Sin embargo, esta pandemia no se originó en México, sino en China y nuestro país tuvo muchas más semanas para prever los efectos de su llegada.

Por ahora, en China, las transacciones inmobiliarias disminuyeron 90% en el primer trimestre de este año, según la organización China Merchants Securities Co. En México, se esperaba un crecimiento del sector inmobiliario para 2020, pero esto no sucederá por la pandemia. Sin embargo, la situación no parece tan precaria como en China y se espera un efecto de rebote.

Es decir que, mientras dure la contingencia y las medidas más estrictas de sana distancia estén en pie, no subirán las adquisiciones por el riesgo que todavía representan para la inversión. Sin embargo, se espera que para el tercer trimestre del año, la confianza en el sector regrese y se recuperen las operaciones caídas. Así, si el rebote sucede en el último trimestre del 2020, puede haber una contracción, pero sin grandes pérdidas.

Si esto sucede de la manera más deseable posible, en 2021 podríamos tener la tasa de crecimiento esperada del 4% que se pronosticó para el 2020. Por supuesto, todo esto es especulación y debemos esperar a que se mitigue la enfermedad, a que se encuentre una vacuna, a que no haya rebrotes a finales de año y a que no exista una fuerte segunda ola pandémica.