En 1968, se encontraron los restos de un guerrero peculiar en Finlandia. Enterrado hace mil año, dicho individuo tenía ropas de mujer y una espada. El hallazgo desconcertó a los especialistas por décadas. Ahora, la ciencia habría demostrado que se trataba de una persona intersexual, lo que pondría fin a un misterio que duró más de 50 años.
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El descubrimiento se realizó en la localidad de Suontaka Vesitorninmäki, en la región de Hattula, al sur de Finlandia. Se trataba de un esqueleto envuelto en ropas de mujer, acompañado de una espada.
Por cincuenta años abundaron las hipótesis sobre la identidad de dicho guerrero. Mientras que algunos historiadores sugirieron que se pudo tratar de un entierro doble, otros especularon con la posibilidad de que en dichas sociedades nórdicas medievales abundaran las mujeres en cargos de liderazgo, así como las guerreras.
Aquel entierro ocurrió aproximadamente en el año 1050 d.C. y un milenio después su misterio había fascinado y extrañado por igual a antropólogos, historiadores y científicos. Ahora, un equipo de siete investigadores ha publicado un artículo en la Universidad de Cambridge que propone que dicho guerrero era una persona intersexual.
(Imagen: Especial)
Tras un análisis en el laboratorio de arqueogenética del Instituto Max Planck, ubicado en la ciudad de Jena, en Alemania, el equipo de investigadores concluyó que hay un 99.75% de probabilidades de que la persona enterrada haya sido intersexual, con cromosomas XXY.
“La apariencia anatómica de los individuos XXY es masculina, y algunos de ellos ni siquiera notan que tienen dicha condición. En algunos casos, los signos clínicos son más fuertes: los varones XXY pueden ser infértiles y tener hipospadias (la abertura de la uretra está en la parte inferior del pene), falo y testículos pequeños y ginecomastia (crecimiento de los senos). La deficiencia de testosterona puede causar un desarrollo puberal retrasado o incompleto”, afirman los investigadores.
Según explican los investigadores, esta condición debió influir en cómo esta persona fue percibida y tratada por los demás miembros de su comunidad. Aunque es difícil especular sobre cómo se habría desenvuelto esta persona en la Finlandia del siglo XI, los investigadores creen podría haberse asumido como no binaria.
“El contexto general de la tumba indica que se trataba de una persona respetada cuya identidad de género bien podría haber sido no binaria”, aseguran.
Como hemos explicado con anterioridad, las personas no binarias son aquellas que no se identifican como hombres o mujeres. Por lo mismo, su identidad de género no estaría atada a lo que comúnmente se denomina “binarismo de género”. Por lo general se les agrupa dentro de la comunidad trans.
Este no sería el primer caso documentado de una persona no binaria en la historia. Por el contrario, tanto las personas trans como más específicamente las personas de género no binaria han estado presentes en todas las culturas, desde las tribus norteamericanas hasta la antigua Grecia.
