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SALUD

Guerrero restringe el acceso a playas ante alza de contagios por COVID-19

También se restringirá el aforo de restaurantes y se concientizará sobre el uso del cubrebocas

Las autoridades de Guerrero han anunciado nuevas medidas ante el alza de contagios por COVID-19. Entre las nuevas restricciones, se limitará el acceso a las playas de la entidad.

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En conferencia de prensa, el secretario de Turismo de la entidad, Ernesto Rodríguez Escalona, dijo que redoblarán las medidas sanitarias ante el incremento en los contagios. Además, se reforzarán las actuales estrategias de promoción para el debido uso del cubrebocas.

El funcionario admitió que se “habían relajado las medidas”, particularmente en los municipios que han registrado un mayor aumento en los nuevos casos de COVID-19, como son Acapulco, Chilpancingo, Taxco y Zihuatanejo.

En estos municipios se reanudarán las brigadas de concientización. Estas brigadas recorrerán las ciudades instando a los ciudadanos a seguir las medidas sanitarias, como el uso de mascarillas.

En cuanto a las costas de la entidad, Rodríguez Escalona advirtió que se restringirá el acceso a las playas. Los visitantes podrán acudir en un horario de 7 de la mañana a 7 de la noche.

Módulos de pruebas en Acapulco. (Imagen: Cuartoscuro)

Paralelamente, vigilarán que los restaurantes reduzcan su aforo a un 50% de su capacidad. También se revisará que estos establecimientos cuenten con una debida ventilación.

El secretario de Turismo admitió que tanto turistas como locatarios se han mostrado reticentes en ocasiones para seguir las normas sanitarias.

“Tenemos problemas en muchos lugares pero principalmente se ha detectado en las playas, transporte público, restaurantes y bares”, dijo.

Desde el 19 de julio, las autoridades guerrerenses habían anunciado un retroceso en el semáforo epidemiológico, del verde al amarillo. El día 23, Guerrero volvió a retroceder en el semáforo, ahora al color naranja.

Tras el anuncio, hoteleros de Zihuatanejo reportaron una caída del 30% en las reservaciones. Sin embargo, estas primeras medidas resultaron insuficientes, como quedó demostrado el 22 de julio, cuando autoridades dispersaron a más de 500 asistentes de un jaripeo celebrado en Acapulco sin medidas de distanciamiento social.