Alcanzando un punto crítico, la más reciente ola de calor no solo afectó a Europa, sino que llegó al Ártico y provocó un deshielo histórico en Groenlandia, junto a temperaturas récord no vistas desde hace siete años.
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Derivadas de las oscilaciones climáticas proveniente de la zona del Ártico, la estación del Instituto Meterológico Danés (DMI) registró un alza en la temperatura de hasta 2.7 y 4.7 grados, cantidades mayores a las habituales.
En consecuencia, 11 mil millones de toneladas de hielo se derritieron en uno de los glaciares groenlandeses con 60% de superficie helada.
Aunque expertos aseguran que enlistar este fenómeno en las consecuencias de la reciente crisis climática es un poco acelerado, entre el fin de semana del 3 y 4 de agosto, se perdieron cerca de 16 mil 100 millones de toneladas de hielo.
Durante julio de 2019, otras 1,987 mil millones de toneladas de hielo se perdieron, alcanzando una cifra cercana a la de 2012 cuando más del 90% de la superficie glaciar se convirtió en agua.
John Cappelen, climatólogo jefe del DMI, afirma que el alto nivel de temperaturas de los últimos meses no es inusual, debido a que se desconoce la temporada en que finalice el deshielo al norte del planeta.
Sin embargo, sumando más del doble de la medida diaria contemplada para la temporada de calor y deshielo, este hecho acelera por completo los procesos naturales, haciendo que el aumento de temperaturas planificado para finales de mayo, ahora suceda en abril.
Groenlandia es un territorio autónomo que pertenece a Dinamarca, y de sus más de dos millones de kilómetros cuadrados, un 80% está cubierto por hielo.
