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SALUD

Gobierno de Trump amenazó con represalias económicas a países pobres que promueven lactancia materna

Oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) quedaron desconcertados cuando Estados Unidos no solo se negó a apoyar una resolución que promueve la lactancia materna a niños menores de 6 meses de edad, sino además amenazó con represalias económicas a países que introdujeran dicha resolución.

De acuerdo a un reporte del New York Times, la delegación de EE.UU. en Geneva protestó contra el lenguaje empleado en la resolución, la cual expresaba que los estados deben “proteger, promover y apoyar la lactancia materna”, al igual que limitar la promoción de productos alimenticios que sirvan de sustituto, como fórmula para bebé.

Cuando la objeción de EE.UU. no surtió efecto, recurrieron a las amenazas, empezando con Ecuador, cuya delegación fue la que introdujo la resolución al pleno. El embajador estadounidense en Quito lanzó la advertencia a oficiales de la nación sudamericana que Washington impondría castigos comerciales y retiraría ayuda militar.

La delegación de Ecuador, sorprendida ante la respuesta tan agresiva de los norteamericanos, retiró la resolución. Oficiales de la OMS buscaron a otras naciones que pudieran respaldar la resolución, pero todas retrocedieron por temor a provocar la ira de Estados Unidos. “Nos quedamos asombrados, consternados y también tristes,” dijo una activista británica que respalda programas de lactancia materna a través de la ONU.

Lo que sucedió fue equivalente a un chantaje, con Estados Unidos reteniendo al mundo como rehén e intentando anular casi 40 años de consenso sobre la mejor manera de proteger la salud de bebés y niños pequeños.

Lo que a primera vista tendría que ser un mero trámite para la OMS se convirtió en un polémico debate global. Oficiales, delegados y activistas de todo el mundo recordaron que la administración de Barack Obama había apoyado de manera incondicional los programas de lactancia materna. En cambio, el gobierno de Donald Trump se mantiene congruente en su tendencia de confundir y enojar a sus aliados internacionales.

En esta ocasión, la postura de los delegados de Trump vuelven a colocar a los Estados Unidos del lado de los intereses corporativos. El negocio de la formula para bebés es una industria de 70 mil millones de dólares, y es justamente en países en desarrollo donde hay más margen para crecer, a diferencia del mercado en países desarrollados donde las familias están mejor informadas sobre los beneficios de la lactancia materna.

No es ningún secreto que la leche materna es la opción más saludable para alimentar a un bebé. La Academia Americana de Pediatría recomienda exclusivamente amamantar a niños recién nacidos por seis meses. Los beneficios a la salud, tanto para la madre como para el niño, son numerosos, y es en países pobres particularmente donde la leche materna reduce los riesgos de diarrea y salva cientos de miles de vidas al año.

De manera irónica, Rusia tuvo que intervenir en la polémica discusión para reintroducir la resolución al pleno, y solo así fue que los estadounidenses no montaron ninguna oposición. Para la delegada rusa, fue una cuestión de principios:

No estamos tratando de ser el héroe aquí, pero creemos que está mal cuando un país grande intenta presionar a otros países más pequeños, especialmente en un tema que es realmente importante para el resto del mundo.

A pesar de las múltiples fuentes que citó el New York Times, Donald Trump se expresó de la siguiente manera en Twitter, tachando una vez más de Fake News al diario estadounidense:

Los EE.UU. apoyan firmemente la lactancia materna, pero no creemos que a las mujeres se les deba negar el acceso a la fórmula. Muchas mujeres necesitan esta opción debido a la desnutrición y la pobreza.

Sin embargo, el tuit puso en evidencia lo mal informado que está el presidente sobre el tema. La doctora Michele Barry, de la Escuela de Medicina de Stanford, dijo al NYT:

La desnutrición y la pobreza son precisamente los entornos en los que es absolutamente necesario amamantar, porque ese es el entorno donde el acceso a agua limpia y segura para la reconstitución de la fórmula a menudo es imposible de encontrar.

Afortunadamente, los esfuerzos de los delegados de Trump por frenar una resolución que ponía los intereses de la salud global sobre los intereses económicos de una industria fueron a su vez frenados por un esfuerzo conjunto de la comunidad internacional y el respaldo de una superpotencia.