Una corte federal en Vermont (Estados Unidos) falló a favor de una mujer de Florida que quedó embarazada con el esperma de su médico, sin su conocimiento, luego de un procedimiento de inseminación artificial que ocurrió en 1977.
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Esta semana, Cheryl Rousseau ganó una demanda por 5.25 millones de dólares (más de 100 millones de pesos) que interpuso en contra de John Coates III, un ginecólogo jubilado que la atendió hace 45 años, cuando ella y su esposo buscaban un donante.
“El jurado a través de su veredicto de daños punitivos envió un mensaje a cualquier médico que pudiera pensar en mentirle a sus pacientes o usar su propio semen para inseminar a sus pacientes”, dijo Celeste Laramie, abogada de la señora Rousseau.
Según la demanda que fue presentada a la corte, Cheryl Rousseau descubrió lo que había ocurrido cuando su hija Barbara, de 44 años, pidió que se le hiciera una prueba de ADN para averiguar la identidad de su padre biológico.
Para sorpresa de la familia, el padre resultó ser el doctor Coates, esto a pesar de que la señora Rousseau había solicitado a su médico que el donante fuera un estudiante de medicina con rasgos muy parecidos a los de su esposo (su marido se había hecho una vasectomía y no era posible revertir la operación).
Durante el procedimiento, llevado a cabo en marzo de 1977, el doctor Coates le pidió a la señora Rousseau que se quitara la ropa de la cintura para abajo mientras el doctor iba a una habitación contigua. Cinco minutos después, Coates regresó con una jeringa, la cual utilizó para la inseminación.
“Nos sorprendió y nos decepcionó el veredicto”, dijo Peter Joslin, abogado del médico jubilado. Hace un mes, la licencia médica de Coates fue revocada de manera permanente.
