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POR EL PLANETA

Las extrañas criaturas que habitan las profundidades volcánicas del océano

Criaturas marinas que viven en zonas volcánicas de los océanos del mundo y que se adaptaron a un entorno infernal.

La vida en las profundidades ardientes de algunas regiones del océano, puede ser difícil para la mayoría de las especies marinas, pero no para el Hoff, una criatura que se ha adaptado tan bien a su entorno, que es una maravilla evolutiva.

Llamada de cariño “el Hoff” porque su pecho peludo se asemeja al del actor estadounidense David Hasselhoff, esta criatura se pega a chimeneas de donde emergen fluidos de hasta 400 grados centígrados, que quemarían a cualquier otra criatura marina o terrestre, pero no “al Hoff”.

Conocido científicamente como Kiwa Tyleris en honor al explorador británico Paul Tyler, este cangrejo submarino cultiva bacterias en su pecho para alimentarse de ellas y mantenerse con vida en lugares donde es cada vez más difícil sobrevivir.

Estas bacterias se alimentan de metales y sustancias disueltas en los fluidos que emanan de las profundidades del planeta con furia hasta perderse en la inmensidad del océano, creando organismos complejos que “el Hoff” devora a través de pequeñas bocas distribuidas a lo largo de su pecho.

El Hoff es solo una de las cientos de especies que, donde las temperaturas superan los 400 grados centígrados, prosperan, se multiplican y evolucionan para adaptarse cada vez mejor a su entorno.

Junto con “el Hoff” vive otra criatura que pudo haber salido de la imaginación del autor estadounidense H.P. Lovecraft, el camarón “ciego” que también tiene una relación simbiótica con las bacterias que se alimentan del agua rica en minerales y metales que sale dispara de los cañones de arena y roca distribuidos a través del fondo marino.

Son pequeños, ciegos y sin boca, y viven de absorber los nutrientes de las bacterias a las que cuidan debajo de un caparazón casi transparente que cubre todo su cuerpo.

Quienes han podido ver a estas criaturas, las describen siempre en enjambres compactos en los que miles de ejemplares caben en tan solo un metro cuadrado.

Así como “el Hoff” este camarón tan especial se ha adaptado a las duras condiciones de este entorno marino.