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CIENCIA Y TECNOLOGíA

Estudios confirman que el uso de GPS afecta tu memoria

Es probable que no te sepas ningún número telefónico aparte del tuyo. ¿Para qué tomarse el esfuerzo de aprenderse los números de tus padres, por ejemplo, si los puedes guardar en tu celular? Algo similar ocurre con las rutas de navegación. ¿Para qué acordarse del camino o aprenderse los nombres de las calles, si el GPS te guía de la mano?

La realidad es que nuestra dependencia en la tecnología mantiene inactiva ciertas regiones del cerebro que se encargan de la memoria. El constante acto de delegar estas funciones cognitivas al GPS podría implicar que nuestra capacidad para orientarnos en un espacio determinado podría perderse más y más con cada generación, señala un estudio.

El hipocampo es la parte del cerebro en la que residen ciertas células donde se registra la información que se vuelve memoria. Dependemos en este órgano como si fuera nuestro sistema de navegación interno para saber cómo movernos en el mundo, para trazar una ruta o para orientarnos a través de lugares desconocidos.

En un estudio publicado en 2017, investigadores evaluaron la actividad en el hipocampo cuando un grupo de voluntarios estuvo manejando por las calles de Londres con un GPS, mientras que otro grupo estuvo manejando sin este apoyo. También hubo un monitoreo de la actividad en la corteza prefrontal, región que se encarga de la toma de decisiones.

Los investigadores descubrieron que la actividad en las regiones del hipocampo y la corteza prefrontal se disparaba en los cerebros de los voluntarios que manejaban sin GPS. En cambio, estas mismas regiones apenas registraban un chispazo en los conductores con GPS.

Así lo indica el autor del estudio, Hugo Spiers:

Nuestros resultados encajan con modelos en los que el hipocampo simula viajes en posibles caminos futuros, mientras que la corteza prefrontal nos ayuda a planificar cuáles nos llevarán a nuestro destino.[…] Sin embargo, cuando la tecnología nos dice qué camino tomar, estas partes del cerebro simplemente no responden a la red de calles. En ese sentido, nuestro cerebro ha apagado su interés en las calles que nos rodean.

Pero esto tampoco quiere decir que las generaciones del futuro se vean discapacitadas porque no podrán salir a la calle sin perderse. El doctor Amir-Homayoun Javadi, un especialista en neurociencia, indica que los niños -que hoy nacen prácticamente con un celular en la mano- podrían desarrollar habilidades distintas:

Todo su cerebro, no solo su hipocampo, se desarrolla de manera diferente. El cerebro cambia constantemente para adaptarse a diferentes entornos, necesidades y oportunidades. Ahora imagine que estos entornos, necesidades y oportunidades son totalmente distintos desde el nacimiento.

De cualquier forma, el hipocampo siempre va a ser necesario, quizás ya no para navegar por las calles de una ciudad, sino para navegar por las complicadas avenidas del internet, las aplicaciones y las redes sociales.