Durante una excavación en Dinamarca se descubrieron los macabros restos de una batalla que no salió en los libros de historia.
En Alken Enge, Dinamarca, un equipo de arqueólogos daneses descubrió indicios de una masacre sin una explicación clara. La zona del presunto conflicto es el centro de la península de Jutlandia.
El hallazgo: una enorme fosa con más de 2 mil huesos humanos. De acuerdo con la datación de carbono, la matanza sucedió entre el año 2 antes de Cristo y el 54 de nuestra era.
Sobre la causa del conflicto existen dos teorías: 1) Un ejército del imperio romano masacró a una tribu local, o 2) Fue una pelea entre habitantes de la zona.
La primera hipótesis se basa en datos históricos. Por aquellos días, el imperio romano avanzaba por el norte de Europa y encontró una férrea resistencia de los pueblos germánicos, las tribus locales le infligieron durísimas derrotas a las que Roma respondió con campañas de severo castigo.
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De acuerdo con los expertos, los cadáveres del yacimiento danés fueron devorados por perros, zorros y lobos. Posteriormente, alguien desmembró los restos, hizo paquetes con los huesos y los tiró al fondo de un lago cercano, donde permanecen hasta el día de hoy.
La dificultad para establecer los motivos de la masacre estriba en que los pueblos germánicos no contaban con escritura para hacer un registro de los hechos. De la cruenta batalla solo quedan la enorme cantidad de restos, dice el equipo de 50 arqueólogos responsables del hallazgo.
Esta es la mayor concentración de restos humanos que se ha encontrado nunca en esta época”, explica a El País, la arqueóloga y antropóloga de la Universidad de Aarhus, Mette Løvschal.
Se han encontrado restos de 84 personas en Alken Enge, sin embargo los arqueólogos tienen motivos para pensar que hay aproximadamente 380 muertos en la zona, la gran mayoría eran hombres de entre 20 y 40 años.
¿Los restos humanos formaron parte de un ritual?
Según un estudio de la revista PNAS, publicada por Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., los restos encontrados en Alken Enge pudieron formar parte de un ritual.
La teoría se basa en el hecho de que se hallaron pocas armas y animales sacrificados cuyos cadáveres también fueron arrojados al lago.
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Hay una segunda teoría que parece más probable. Para Mads Holst, jefe del proyecto de investigación, no existen indicios que apunten al imperio romano como autor de la masacre.
Probablemente estamos ante un conflicto interno entre pueblos germánicos a consecuencia del avance de Roma y el desplazamiento de poblaciones al norte”, dice el arqueólogo.
Entre los hallazgos más desconcertantes se encontró una especie de palo que atraviesa cuatro huesos coxales de cadera.
Huesos de cadera atravesados por una especie de palo o arma. (Fuente: Archaeological IT Aarhus University/YouTube)
Este yacimiento es importante porque nos habla de una magnitud de violencia que no se había visto en yacimientos anteriores. También aclara el tipo de rituales que después se perpetuaron en siglos posteriores, aunque ya no se harían con cadáveres, sino solo con armas, armaduras y caballos del enemigo que se destruían y se disponían en montones”, precisa Holst.
Lo que queda claro es que no fue una batalla entre iguales. La mayor parte de los muertos no tiene marcas que correspondan a heridas cicatrizadas, características de guerreros experimentados, por lo que se cree que las víctimas fueron pastores y agricultores locales que fueron masacrados por otro grupo cuya identidad se desconoce hasta el día de hoy.
Se espera que los estudios de ADN arrojen más indicios que aclaren quiénes fueron los ejecutados.
Con información de El País