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SALUD

¿Qué es la espina bífida, la segunda causa de discapacidad en la infancia?

Puede ocasionar hidrocefalia, daño neurológico, incontinencia urinaria y fecal

Cada 21 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Espina Bífida, un padecimiento que constituye la segunda causa de discapacidad en niños. A continuación te presentamos sus causas, clasificación y tratamiento.

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La espina bífida es un padecimiento en el que hay un desarrollo incompleto de la médula espinal, las meninges y/o vértebras con fusión incompleta de estructuras como la cara posterior de la columna lumbar durante el desarrollo embrionario, según datos del Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad.

Es una enfermedad que ocasiona discapacidad motora, hidrocefalia, daño neurológico, incontinencia urinaria y fecal.

En México hay una prevalencia de 4.9 por 10 mil de defectos del tubo neural (DTN), el 75% de los casos corresponden a espina bífida.

Las más comunes enfermedades provocadas por DTN son: espina bífida oculta, lipomeningocele, meningocele y mielomeningocele.

De acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la espina bífida tiene una herencia multifactorial. En el 95% de los casos no existe una antecedente familiar.

Entre los factores de riesgo se encuentran: deficiencia de ácido fólico, antecedentes de espina bífida en un embarazo previo, diabetes gestacional, diabetes mellitus tipo I, obesidad materna durante el embarazo, uso de anticonceptivos, deficiencia de zinc, hipertermia materna, alcoholismo o tabaquismo maternos, enfermedades infecciosas como la rubéola; exposición a solventes y plaguicidas; madres menores de 18 años o mayores de 40, radiación, multiparidad, dislipidemia e hipertensión crónica.

Para el diagnóstico prenatal se pueden realizar pruebas bioquímicas como el nivel de alfafetoproteína o un ultrasonido durante el primer trimestre del embarazo.

El riesgo de espina bífida se reduce hasta un 70% si, previo al embarazo, la madre ingiere diariamente 0.4 mg ácido fólico, según el IMSS.

En caso de existir un antecedente de un hijo con DTN, la dosis debe aumentar a 4.0 mg por diarios, recomienda el IMSS.

El tratamiento de rehabilitación para los niños con espina bífida se debe iniciar desde el nacimiento, con cambios posturales, alineación de segmentos corporales, estimulación temprana.

Asimismo, los médicos deben informar a los padres de las secuelas neurológicas y el grado de discapacidad que presenta el paciente con el padecimiento.