Este 2020 ha sido marcado por la llegada del COVID-19, una enfermedad que -todo indica- fue transmitida de los animales hacia las personas, lo cual es también conocido como zoonosis y que, de acuerdo a los especialistas, podría generar más brotes en los próximos años debido a diversos factores como el aumento de población o la deforestación.
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En entrevista con el medio británico The Independent, la científica Sarah Gilbert, quien actualmente trabaja en la Universidad de Oxford en la vacuna contra el coronavirus, señaló que en el futuro “es más probable que tengamos infecciones zoonóticas que causen brotes”, como el COVID-19, por el entorno actual en el mundo.
“Mayor densidad de población, más viajes, deforestación; todas estas cosas hacen que sea más probable que ocurran estos brotes y luego se propaguen“, mencionó Gilbert.
La ONU también se refirió al tema semanas atrás y, al igual que la investigadora, señaló que las infecciones de animales a humanos seguirán siendo constantes si es que no se cuidan los ecosistemas de la vida silvestre.
“Los vínculos entre la crisis sanitaria global y la explotación ilegal de la naturaleza han estado en el foco desde que se sugirió que los ‘mercados húmedos’ que venden animales salvajes, pueden haber facilitado la transmisión del COVID-19 en humanos”, mencionó Ghada Waly, directora de la Oficina de la ONU contra la Droga y Delito.
La destrucción de los ecosistemas de diferentes especies ha provocado que el contacto entre animales y humanos se haya extendido, por lo que el riesgo de transmisión incluso va en aumento.
De acuerdo a la epidemióloga Delia Randolph, desde la década de 1930 se registró una “tendencia” de que el 75% de las enfermedades humanas emergentes eran a causa de la vida silvestre y actualmente la zoonosis provoca millones de muertes año con año, según la Organización Mundial de la Salud, por lo que la protección de la vida silvestre se ha convertido en factor elemental para evitar el contagio y propagación.
