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ENTRETENIMIENTO Y ESPECTáCULOS

¿De stripper a princesa? La verdadera historia de Sofía de Suecia

Sofia Hellqvist se hizo Sofía de Suecia y dejó el modelaje por la filantropía

Estamos tan acostumbrados a que las historias infantiles que incluyen por igual dragones y reyes, que a veces se nos olvida que las familias reales aún existen en este mundo: hay reyes y condes, caballeros y princesas, pero sus vidas rara vez coinciden con los designios de los cuentos para niños. Sus historias rara vez tienen algo en común con las leyendas, aunque no es infrecuente que conjuguen la elegancia con el escándalo. Así podría catalogarse la historia de Sofía de Suecia, quien antes de ser princesa se llamaba Sofia Hellqvist y trabajó como camarera, saltó a la fama gracias a un reality show e incluso fue señalada por presuntamente haber sido stripper.

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Nacida en 1984 en una pequeña localidad a las afueras de Estocolmo, Sofia Hellqvist se mudó a los 18 años a la capital de Suecia con un sueño tan preciso como arriesgado: ser modelo. Por algún tiempo tuvo que combinar el modelaje con  empleos menos glamurosos: fue camarera, vendedora de ropa, incluso pasó por una empresa de plástico.

La suerte tocó a la puerta en 2004 cuando la revista Slitz publicó una foto suya donde no parecía portar más ropa que una boa constrictor. Tan exiguo y salvaje atuendo le atrajo múltiples invitaciones, entre esas la propuesta de aparecer en la televisión, en un reality show que, con el curso de las emisiones, la hizo popular entre sus coterráneos.

Sin embargo, tras salir del reality show, Sofía se mudó a Nueva York, no para continuar con su carrera en el modelaje, sino para hacer una carrera universitaria. Cambió los estudios de fotografía por el estudio de la contabilidad y, para costear su educación, optó por volver a ser camarera.

Sofía de Suecia, durante su faceta como modelo. (Imagen: Especial)

Aquí empieza una de las facetas más comentadas, aunque menos verificada, en la vida de Sofia Hellqvist. Con el tiempo ha recibido un escrutinio feroz por parte de los tabloides europeos, sin que los más extravagantes señalamientos sobre su pasado hayan sido verificados del todo. Esta parte de su juventud sigue envuelta en rumores, pero son de lo más interesantes.

Entre un mar de presunciones, se le señala por haber trabajado como stripper en ambas costas del Atlántico durante sus años universitarios. Las especulaciones sobre su paso por el trabajo sexual incluyen una presunta participación en una grabación con la actriz porno Jenna Jameson.

En el fondo, a nadie le hubiera importado una posible aparición en una película pornográfica de no ser porque al volver a Suecia su vida daría un vuelco.

En el 2010, el príncipe Carlos Felipe de Suecia anunció que se encontraba en una relación con Sofia Hellqvist; y el país entero se preguntó: ¿cómo el hijo de Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, había terminado con la modelo famosa por haber posado sin más ropa que un reptil?

La princesa Sofía durante una ceremonia del Premio Nobel. (Imagen: Getty)

Para los tabloides conservadores y carroñeros, que suelen medrar en la cobertura de la realeza europea, la aparición de Sofia Hellqvist de la mano del príncipe Carlos Felipe se trataba de un escándalo prometedor. Hubo un tiempo en que el príncipe era una aparición frecuente en las listas de “los solteros más codiciados de Europa”. Por diez años mantuvo una relación con Emma Pernald, quien contaba con el favor de sus cuñadas, las princesas Victoria y Magdalena, además del cariño de los suecos.

De súbito, la pareja favorita de Suecia anunció su ruptura y nadie podía explicarse por qué. Hasta que apareció en el panorama Sofia Hellqvist y algunos las colocaron a ambas en una balanza innecesaria: Emma Pernald era discreta y anodina;  Sofia Hellqvist era exhuberante y carismática.

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El país se lamentaba por el destino trunco de la primera y se ensañó con la segunda, porque, para empezar, ¿cómo había conocido al príncipe?

Los tabloides no dudaron en sugerir que Sofía conoció al príncipe Carlos Felipe bajo las luces estroboscópicas del table dance donde trabajaba. Las versiones menos atrevidas dijeron que el encuentro ocurrió por medio de un amigo en común en el inofensivo ámbito de un restaurante.

La princesa Sofía en compañía del príncipe Carlos Felipe. (Imagen: Getty)

Por supuesto, se rumoró que la familia real sueca estaba más que inconforme con la nueva relación de su hijo predilecto. La avalancha de descalificaciones provocó que el mismo príncipe saliera a defender públicamente su relación con la ex modelo.

Y sin embargo las aguas se apaciguaron.

La pareja se casó el 13 de junio de 2015 durante una ceremonia que tenía todo en común con las historias de princesas: el carruaje, el palacio, el salón con candelabros. Sobre la pista, los novios se dedicaron canciones de Rihanna y Coldplay y más tarde partieron de luna de miel hacia Fiji.

Desde entonces, el perfil de la princesa Sofía de Suecia ha cambiado radicalmente, ganándole el favor de los suecos. Cambió el modelaje por la filantropía y ahora es madre de dos hijos. Ya a nadie le importa si Sofía, duquesa de Värmland, salió en un reality show y en cambio todos celebran que en medio de la pandemia anuncie su interés por una vocación de riesgo: la enfermería. Acaso la mejor ilusión de esta historia es que la vida nunca deja de ser inesperada.

Con información de Infobae