A causa de las cremaciones, hay ataúdes que son ocupados una y otra vez sin el conocimiento de los familiares o personas cercanas al difunto. Alberto Miranda, médico forense, afirma que esta práctica es peligrosa para los asistentes de un funeral.
Muchas veces dejan los fluidos impregnados en las mismas cajas y las personas que asisten al funeral pueden tocarlas, llevárselas a la boca. Hay muchas formas de infectarse y es un riesgo porque no sabemos quién uso el ataúd.”
Sin duda es una práctica indebida, un fraude y riesgo para la salud. Un ataúd no debería de “reciclarse”. Pedro Jaramillo, fabricante de ataúdes, aseguró:
Si una funeraria vende un ataúd que ya fue utilizado y lo vende como nuevo está perfectamente identificado como un acto sancionable.”
De acuerdo con especialistas en servicios funerarios, hay ataúdes que se reutilizan hasta 10 veces. Existen algunas recomendaciones que ayudan a saber si un féretro ha sido utilizado:
- Si fue utilizado el ataúd, la forma del cuerpo quedará marcada al abrirlo.
- Cuando ponen un arreglo floral, arriba del féretro se queda marcado.
- El tope, quedaría marcado en las cabeceras.
- El olor del embalsamiento siempre se queda en la caja.