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ARTE Y CULTURA

El Método Pomodoro, la técnica que necesitabas para organizar tu tiempo en este regreso a clases

Si sientes que el tiempo es tu recurso más valioso pero no te rinde, este método podría ser la pieza faltante

El tiempo es el recurso más valioso con el que contamos, pero es el más difícil de administrar. Si lo que estás buscando es una forma de administrar mejor tu tiempo, tanto en el trabajo como en tus horas libres, el Método Pomodoro te será una técnica útil y sencilla de seguir.

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Cuando el trabajo desde casa se volvió casi universal para la mayoría de los oficinistas, más de uno creyó que pronto recuperaría con éxito el pasatiempo perdido o que podría tomar clases de idiomas. Muchos consiguieron avanzar en sus metas, pero otros más descubrieron que tener más tiempo disponible no significaba que puedieran repartirlo de forma efectiva.

Justo para este segundo grupo es el Método Pomodoro, una técnica para organizar actividades que se ha vuelto especialmente popular en los últimos meses. Este método habría sido diseñado por el ingeniero informático Francesco Cirillo durante los años ochenta y para desarollarlo se habría inspirado en un temporizador de cocina con forma de jitomate.

El Método Pomodoro consiste en dividir las actividades del día en pequeñas porciones de 25 minutos, con 5 minutos de descanso entre actividad y actividad. A cada uno de estos lapsos se les llama “pomodoro”. Luego de cuatro “pomodoros” al hilo, puedes tomar un descanso más largo de 20 minutos.

El creador del Método Pomodoro se habría inspirado en un reloj como este. (Imagen: Especial)

Por supuesto, la efectividad de esta forma de organización crece si cuentas previamente con una lista de las actividades que habrás de realizar a lo largo del día. Otro consejo es que te apegues lo más posible a los horarios establecidos; la exactitud es una pieza esencial del funcionamiento del Método Pomodoro. No dudes en cronometrar tus tiempos y dividir cada pomodoro con alarmas.

Un beneficio de esta técnica es que recompensa constantemente al usuario, pues este interioriza que después de 25 minutos de trabajo constante y duro, hay 5 minutos de descanso. Por otro lado, intercalar de esta forma los momentos de esfuerzo con los momentos de relajación genera disciplina.