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CRIMEN Y SEGURIDAD

Gatitos y memes: las armas de reclutamiento del Estado Islámico

Parece que incluso las organizaciones terroristas deben actualizar sus métodos para atraer a una nueva generación de yihadistas en la era digital. Si antes solo bastaba con el deber sagrado de arrancarle la vida a los infieles y la promesa de 72 mujeres vírgenes al momento de llegar al Paraíso, hoy las medidas se asemejan a los ‘memes’ de 4chan y otras plataformas para trolls.

Desde hace tiempo ha corrido el rumor de que páginas de internet que simpatizan con el Estado Islámico usaban gifs de gatos, imágenes de crema de avellana y memes para apelar a los gustos de su audiencia. Incluso los mismos seguidores de la organización terrorista se burlaban de estos señalamientos realizados por reportes estadounidenses (ver imágenes).

Pero ahora, un estudio impulsado por el gobierno de Suecia ha descubierto que dichos rumores no son tan exagerados después de todo. El Califato digital: un estudio de propaganda del Estado Islámico es el nombre de este reporte que arroja una nueva luz sobre las técnicas que emplea Dáesh para divulgar y promover su mensaje de una nación musulmana unida bajo la autoridad del califato.

Aparte de los memes, el reporte destaca como ISIS ha establecido su propia subcultura diseñada para los jóvenes, con su propia música y estilo de moda. Los autores del reporte mencionan el término Jihadi Cool para subrayar esta estrategia de branding juvenil. No es raro ver una imagen de un yihadista con un AK-47 en una mano y un frasco de jarabe de almendra en la otra.

Las referencias occidentales son bastante sutiles, según señala la autora del reporte. Los hombres visten tenis y pantalones bombachos, mientras que las mujeres se apegan a una vestimenta tradicional. Siendo ésta una organización fundamentalista, las mujeres permanecen excluidas del estilo Jihadi Cool.

Pero lo más inquietante es que Dáesh apela a su audiencia con referencias pop a la cultura materialista que tanto aborrecen y lo hacen por encima de alguna ideología islámica. Después de todo, ellos buscan atraer a una segunda generación de migrantes en Occidente, que desde su nacimiento, han sido expuestos a un estilo de vida consumista.

Según reporta The Sun, la policía sueca estima que desde 2012, alrededor de 300 personas han viajado de Suecia al Medio Oriente para unirse a un grupo radical islámico.