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SALUD

El consumo de vino tinto y frutos rojos ayuda a la prevención de enfermedades mentales

Consumir de forma regular frutos rojos (frambuesas, fresas o moras) y vino tinto podría prevenir y combatir enfermedades mentales como la depresión, la demencia, y otras enfermedades neurodegenerativas a la vez que ayuda a regular la flora intestinal y reducir la inflamación tanto del aparato digestivo como del cerebro.

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Estos son los resultados de una nueva investigación realizada por el centro portugués Cintesis y cuyos resultados han sido publicados esta misma semana. De acuerdo con la investigación, en la totalidad de estos alimentos están presentes las antocianinas, los pigmentos que otorgan a estos frutos su color peculiar y que serían los responsables de estas propiedades.

El descubrimiento, “abre el camino a una nueva estrategia terapéutica en la prevención y tratamiento de enfermedades como la ansiedad o la depresión”, explica principal coordinadora de la investigación, Conceição Calhau. El hallazgo fue realizado en el marco de un estudio que evaluaba la relación entre la alimentación, la flora intestinal y el cerebro. 

En una primera etapa, llevada a cabo con animales, los investigadores encontraron que una alimentación rica en grasas saturadas disminuye las bacterias beneficiosas de los intestinos e induce a la inflamación del cerebro.

En una segunda fase, se comprobó que el extracto de moras en animales permitía mejorar las condiciones de su flora intestinal y reducir la inflamación cerebral “que subyace a las complicaciones neurológicas asociadas a la obesidad”, indica el estudio.

Además, los científicos comprobaron que el impacto en humanos del consumo de puré de moras, y en los casos en los que la ingesta era acompañada de vino tinto, los niveles de antocianinas en la sangre aumentaron. 

“Son necesarios más estudios para descubrir si los individuos con exceso de peso u obesidad pueden beneficiarse del consumo de alimentos que contengan simultáneamente antocianinas y alcohol, como el vino tinto”, dijo una de las investigadoras del estudio, Cláudia Marques.

Por su parte, Conceição Calhau dice que “la hipótesis de este tipo de sustancias, que denominamos prebióticos y psicobióticos, inducen el crecimiento de bacterias benéficas en el intestino, e interfieren con la inflamación del cerebro, con lo que abren el camino a una nueva estrategia terapéutica para la prevención y tratamiento de enfermedades neuroprsiquíatricas que prevalecen en la población como la ansiedad y la depresión.

El Centro de Investigación en Tecnologías y Servicios de Salud (Cintesis, en portugués) es un organismo con sede en la Universidad de Oporto, y agrupa a 46 unidades colaboradoras y cerca de 500 investigadores.

Con información de EFE.