El cambio climático podría reducir significativamente nuestro consumo de cerveza en los próximos años.
Un nuevo estudio publicado el pasado 15 de octubre en la revista Nature Plants asegura que, por el cambio climático, nuestro consumo de cerveza está en peligro. La milenaria bebida podría estar frente a un drástico cambio en sus medios de producción por la transformación de los patrones de cultivo de cebada.
El grupo de investigadores encargados de estas conclusiones plantean un estudio transeccional entre modelos de predicción agrícolas, comerciales y económicos. Lo que encontraron es seriamente preocupante para todos los amantes de la cerveza: en un futuro, por la disminución en la capacidad de plantar cebada, la producción de cerveza caerá entre un 3% y 17%. Y las consecuencias económicas de esto son masivas (solamente en Estados Unidos, la industria cervecera crea más de 2 millones de empleos).
La enorme diferencia entre estos dos porcentajes está en la metodología que emplearon. Para no sonar demasiado apocalípticos, los investigadores hicieron diferentes modelos dependiendo de la gravedad del cambio climático. En un modelo propusieron que la cantidad de gases con efecto invernadero no llega a niveles drásticos entre el 2010 y el 2099; en otro propusieron que la cantidad de gases con efecto invernadero seguía en la tendencia elevada que ahora mantenemos.
Los dos modelos muestran realidades muy distintas… pero ninguna es positiva. Claro, habrá países más afectados por su elevado consumo de cerveza (Irlanda) o por su clima (Sudamérica), pero todo el mundo sentirá el cambio drástico en sus hábitos de consumo.
De hecho, esa es la intención de este estudio: mostrar, con artículos de lujo, que el cambio climático afectará la vida de incluso los más privilegiados. Porque los países más afectados por el aumento de la temperatura planetaria son, claro, los países en vías de desarrollo.
Paradójicamente, por el aumento de la temperatura en el hemisferio norte, Estados Unidos, un país que amenaza con salirse del Tratado de París y que pretende que el cambio climático es un invento de China, tendrá un aumento del casi 90% en la producción de cebada. Sin embargo, a diferencia de lo que firmemente cree Trump, cada país no vive aislado y, por el aumento de la demanda mundial, los precios de la cerveza también aumentarán en los bares del vecino del norte.
En algunos países, según estas estimaciones, los precios de la cerveza pueden aumentar en un 600% volviéndola incosteable para muchos. Poco a poco, entonces, todos los alimentos que disfrutamos se volverán productos inaccesibles: el consumo de cerveza caerá en un 16% y, en algunos escenarios, los precios de la cerveza se duplicarán.
Es cierto que este estudio puede parecer frívolo ante las gravísimas consecuencias que tendrá el cambio climático en nuestro siglo. Y, a pesar de eso, tal vez este tipo de acercamientos sean la única forma de crear conciencia en los países más herméticos, ricos y favorecidos del mundo.
Con información de Código Espagueti
