Cuando un presidente hace un recorrido de una zona devastada por algún desastre natural, un puñado de fotógrafos lo acompaña siempre, a sabiendas de que tarde o temprano, el mandatario se encontrará con las víctimas y hará una muestra de compasión por su pérdida. En el caso de Donald Trump, no hubo nada de eso.
Aunque muchos ven el encuentro con las víctimas como una táctica política para influir sobre la opinión pública, el presidente de los Estados Unidos no sólo está presente para supervisar que las autoridades federales hagan su trabajo, también debe cumplir su papel de apoyo moral, símbolo de que el gobierno federal respalda a sus ciudadanos.
Pero como ya lo ha demostrado en el pasado, Trump es ajeno a muestras de simpatía hacia los más necesitados. Durante su estadía en Corpus Christi y Houston esta semana, acompañado por una Primera Dama en zapatos de tacón, parecía más bien que el presidente fue a encabezar un acto de campaña en lugar de evaluar los daños provocados por Harvey, llegando incluso a resaltar el tamaño de la multitud que se apareció para escuchar su discurso.
Trump to hurricane victims in Corpus Christi, TX: "Thank you everybody. What a crowd, what a turnout." (via Reuters) pic.twitter.com/kVe3f8NmTL
— Kyle Griffin (@kylegriffin1) 29 de agosto de 2017
El presidente Trump comentó a través de Twitter que tuvo la oportunidad de ver “de primera mano el horror y la devastación” causado por el huracán. Y aunque el presidente sí ofreció su apoyo de manera textual y una promesa de donar 1 millón de dólares de su fortuna personal, su comentario sobre ser testigo directo del “horror” y la “devastación” en Texas pudo haber sido algo exagerado.
El fotógrafo de la AFP, Andrew Beatty, parte del cuerpo de prensa que se mantuvo pegado a Trump durante su evaluación de Harvey, infirió que el presidente nunca tuvo un encuentro cara a cara con los más afectados. A lo mucho, su contacto se limitó a reuniones con oficiales de los cuerpos de emergencia y funcionarios públicos de Texas, de acuerdo a la propia vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
Habló ampliamente con el gobernador, que sin duda está en medio de todo esto, así como con los alcaldes de varias de las ciudades que fueron golpeadas más fuerza.
Por su característica frialdad y egoísmo, las redes sociales ya le pasaron factura, compartiendo imágenes de otros presidentes abrazando a víctimas de diversos desastres naturales, incluyendo Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama.
Didn't. Meet. With. Any. Victims. pic.twitter.com/ZHVy4oZBS8
— Talia (@2020fight) 30 de agosto de 2017
Incluso su propio vicepresidente, Mike Pence, fue capaz de mostrar su lado más humano con víctimas de Rockport, a las afueras de Corpus Christi. Hasta el momento de esta publicación, el número de muertos se ha elevado a 39 personas, ya sin mencionar las miles de personas que perdieron sus viviendas.
(AP Photo/Eric Gay)
Ante las críticas de la prensa, rivales políticos y la opinión pública, Trump prometió regresar a Texas el próximo sábado. Los fotógrafos estarán al pendiente.
ACTUALIZACIÓN 2 de septiembre: Y así fue. Trump y su esposa, acompañados por una brigada de periodistas con cámaras, regresaron a Houston este fin de semana y repartieron comida entre las víctimas de Harvey en el estadio donde juegan los Texans.
(AP Photo/Susan Walsh)
(AP Photo/Susan Walsh)
Más vale tarde que nunca.
https://twitter.com/rejialex7/status/904065325179826176
