Inicio  /  Historias
ECONOMíA

Dodd-Frank, un seguro contra descalabros financieros

La crisis financiera de 2007 fue una llamada de atención para hacer cambios en el sistema regulatorio, por lo que, en junio de 2009, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, realizó una propuesta para hacer una “reforma radical al sistema regulatorio financiero de Estados Unidos, una transformación a una escala que no ha sido vista desde las reformas que siguieron a la Gran Depresión”.

Cuando la ley pasó en el Congreso, el presidente Obama informó en conferencia de prensa que el documento final incluía 90% de las reformas que había propuesto.

El senador Chris Dodd y el representante Barney Frank fueron los diseñadores prácticos de la última y más ambiciosa reforma financiera de la historia reciente de Estados Unidos.

En el centro de la reforma, consideraron que mayor responsabilidad y transparencia terminarían los abusos de Wall Street, acabando con los rescates financiados a cuenta de contribuyentes y protegiendo a los consumidores de prácticas abusivas. El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz sugirió volver al pasado; es decir, a la reinstauración de la separación entre la banca comercial y la banca de inversión prevista en la Ley Glass-Steagall.

No es la primera vez que la economía estadounidense se reinventa. El endeudamiento excesivo, que impulsó la especulación, fue una de las causas del desplome bursátil de octubre de 1929 y de la quiebra de un inmaduro sistema bancario. La solución del momento fue la Ley Glass-Steagall; pero 66 años después, en 1999, la Ley Gramm-Leach-Bliley, flexibilizó la regulación del sistema financiero.

En aquel momento se desmontaron algunas restricciones a los bancos, que se fusionaron con otras entidades financieras o de sectores afines. Por ejemplo, la unión de un holding de bancos comerciales llamado Citicorp, con una aseguradora de nombre Travelers Group, creando el Citigroup, un conglomerado gigante que no hubiese podido surgir bajo la Ley Glass-Steagall, pero que fue legalizado a raíz de las modificaciones normativas introducidas en 1999.

Con el fin de reducir la probabilidad de que sucedan crisis financieras y mitigar los efectos que estas pueden tener para la economía, en 2010 nació la Ley Dodd-Frank y la solución que proponía no era reducir el tamaño de las entidades, pero sí condicionar los procesos de adquisición. Así, se estableció obligatoriedad de notificar a la Reserva Federal con suficiente antelación sus operaciones.

La reforma abordaba medidas destinadas a limitar la dimensión de ciertas instituciones financieras cuando su tamaño y operaciones representaran una amenaza para la estabilidad del mercado. Igualmente preveía la implementación de la regla Volcker, que limitaba las operaciones bursátiles propias de los bancos; es decir, aquellas que no utilizan el dinero de sus clientes, impidiendo a los bancos hacer operaciones de riesgo con su propio dinero.

Esta legislación dio paso al debate internacional en torno de las medidas que se debían adoptar. La inserción de estas normas no estuvo exenta de dificultades y, en cualquier caso, no culminó el proceso de cambios legislativos que requería el sistema financiero de Estados Unidos.

 

 

tfo