Ya sea en el desayuno, la comida, la cena o incluso entre comidas, el sándwich siempre es una buena opción para comer, pues es, dependiendo de sus ingredientes, puede ser muy saludable y de fácil preparación. Precisamente resulta una sorpresa que un platillo tan sencillo haya sido la invención de un hombre de la realeza británica. A continuación te contamos su historia.
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La definición es muy sencilla; la Real Academia de la Lengua Española (RAE) señala que es: un emparedado hecho con dos rebanadas de pan de molde entre las que se coloca jamón, queso, embutido, vegetales u otros alimentos.
Como la pasta, la pizza o el sushi, el sándwich tiene un día dedicado a su celebración: el 3 de noviembre.
El origen del sándwich
La versión más tradicional y aceptada es que John Montagu, IV conde de Sandwich -una ciudad de Inglaterra perteneciente al condado de Kent- era un noble con una gran afición por jugar cartas. No interrumpía una partida para comer. Así que pedía que le llevaran la carne entre dos panes, de este modo no se ensuciaba las manos y podía seguir jugando a gusto, sin temor a ensuciarse las manos.
Además del tradicional sándwich con jamón y queso, es posible prepara uno dulce de mermelada y crema de cacahuate. (Fuente: Pixabay)
Es debido a lo anterior, que este tipo de emparedado es conocido como sándwich, en honor al conde con la fenomenal idea.
Por otro lado, existen versiones que apuntan a que el sándwich es un plantillo muy anterior a la existencia del conde, y se originó en el seno de antiguas civilizaciones y que, en todo caso, el noble inglés copió la idea en una visita al Mediteráneo.
Más allá de lo anterior, lo importante es celebrar al sándwich comiendo uno preparado con los ingredientes de tu preferencia, ya sea dulce, con mermelada o crema de cacahuate o saldo con jamón, queso y lechuga. Buen provecho.
