Un día antes de celebrar a San Valentín es 13 de febrero. En algunos países se dice que el 13 es el “Día del Beso”, en otros es el “Día del Soltero”, pero en años recientes se ha popularizado el concepto del 13 de febrero como el “Día del Amante”. ¿Cómo fue el origen de este peculiar fenómeno que aparentemente celebra la infidelidad?
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Aunque el Día del Amante no es ninguno de esos días conmemorativos promulgados por la ONU, su verdadero origen es un misterio. Lo que sí sabe es que sus primeros años en la atención pública se deben a plataformas de citas como Gleeden o Ashley Madison. Fundada en 2002, Ashley Madison cuenta con 60 millones de usuarios, presuntamente interesados en tener un romance fuera del matrimonio.
En la actualidad, Ashley Madison ha sido opacada por la aceptación que ha tenido Tinder, Bumble o las decenas de aplicaciones de citas que hoy saturan las redes sociales, pero su “legado” permanece vigente gracias a la difusión que le dio a su National Mistress Day (Día Nacional de la Amante) como una alternativa al Día del Amor y la Amistad. En la nueva década, ese día ya pasó a ser una celebración internacional.
Por ejemplo, en Reino Unido, medios británicos han documentado que los hombres infieles gastan 200 libras de más en obsequios a sus amantes, en contraste a lo que le regalan a sus esposas. Mientras que la cita del 14 de febrero se caracteriza por una cena romántica, la cita del 13 parece ser un poco más divertida, marcada por una escapada al antro; al menos eso es lo que el 35 por ciento de hombres infieles admiten.
No obstante los señalamientos de egoísmo y las críticas morales, el Día del Amante ya es una tradición moderna un tanto ineludible, recogida cada 13 de febrero por algoritmos que detectan la más mínima tendencia. Aunque no goce de la misma fama como en Estados Unidos o Canadá, en México la gente parece dispuesta a sumarse a la fiesta, una celebración que debe enfrentar la amarga resaca del 14 de febrero. Allá cada quién.
