Hace no muchos años, la gente descargaba y compartía música y películas por internet, a sabiendas de que estaba violando la ley. La piratería es un delito, un hecho del que muchos estaban conscientes. Hoy, sin embargo, los usuarios de redes sociales no tienen claro en qué momento están quebrando la ley cuando realizan una función tan sencilla como compartir una foto por Instagram o agregar una persona a su grupo de Whatsapp.
La gran mayoría de usuarios lo hace sin malicia, pero esto no deja de ser un delito en muchos países, incluyendo España. ¿Qué constituye un delito en la era de las redes sociales? Básicamente cualquier acto que involucra a otra persona sin obtener su consentimiento. Por ejemplo, incluir una persona en un grupo de Whatsapp, enviar un correo a un grupo de gente que no se conoce entre sí, subir una foto de un menor a una red social (incluso si se trata de un padre), etc.
En México, la legislación en materia de derechos cibernéticos es más ambigua que en otras partes del mundo, pero de cualquier forma estas acciones que realizamos sin pensarlo en las redes sociales violentan el derecho individual a la privacidad. El siguiente reportaje de Sin Filtros explora algunas de estas prácticas y la ignorancia de la población sobre el tema:
