Obsesión por el celular aumenta número de niños ahogados en Alemania; salvavidas piden despegarse de él.
En lo que va del año, al menos 300 personas se han ahogado en algunas de las principales piscinas públicas o playas en Alemania, como consecuencia de la negligencia de familiares o falta de conocimientos en natación.
La Asociación Alemana de Salvavidas indicó que la creciente obsesión de muchos padres con el uso de sus teléfonos inteligentes, ha provocado que decenas de niños mueran ahogados, en especial durante la ola de calor veraniega que ha obligado a muchas familias a acudir a los centros acuáticos de su país para refrescarse.
Según datos de la asociación, casi no ha pasado un día en que un nadador se muera y de todos ellos, los niños son los que sufren más debido a la poca atención que sus padres ponen en ellos por atender sus redes sociales y tomar fotos.
Achim Wiese, vocero de este organismo, el más grande de este tipo a nivel mundial, dice que los padres y abuelos creen que las piscinas públicas y playas de Alemania son como “jardines de niños” en donde sus hijos y nietos pueden estar libremente sin supervisión.
Wiese lamentó que muy pocos padres y abuelos atiendan las recomendaciones de dejar el celular a un lado cuando los miembros más jóvenes de su familia se meten al agua.
“En el pasado,” dice Wiese. “Padres y abuelos pasaban más tiempo con sus hijos en la alberca, pero ahora es cada vez más común que los padres fijen su atención en los smartphones y olviden que sus hijos podrían ahogarse en cualquier momento”.
Es triste que los padres sean tan negligentes últimamente”.
Ante estas declaraciones, las organizaciones de padres han contraatacado, argumentando que es culpa del sistema escolar alemán por no ofrecer clases obligatorias de natación a sus hijos.
Por otra parte, la Asociación de Nado de Alemania, advirtió que si los recortes presupuestales a la educación primaria y secundaria continúan eliminando las clases obligatorias de nado entre sus estudiantes, pronto el país se convertirá en uno de “no-nadadores”.
Para medios locales, Wiese recordó el caso en que un pequeño de siete años de edad, murió en una piscina en el pueblo bávaro de Marktredwitz, así como el de un hombre que murió al saltar a un canal para escapar de la ola de calor que había llegado a la localidad de Münster.
En 2018, al menos 20 niños menores de 15 años de edad, y 40 hombres y mujeres de entre 16 y 25, han muerto ahogados en playas, lagos, canales y piscinas públicas de Alemania.
