Esta semana se lleva a cabo la cumbre del Foro Económico Mundial, en la pequeña ciudad de Davos, localizada en los Alpes Suizos.
A la reunión anual son invitadas más de tres mil personas, incluyendo a políticos de más de 70 países, alrededor de 900 directores generales de empresas, banqueros y corredores de bolsa, entre otros.
Más de tres mil personas participarán en el Foro Económico Mundial. (Reuters)
El evento está protegido por un fuerte dispositivo de seguridad que incluye francotiradores en los techos cercanos al recinto.
Durante el día los invitados asisten a algunas de las pláticas, que este año se enfocarán en el tema de cómo crear un futuro común en un mundo fracturado.
Aunque Davos comenzó oficialmente el 22 de enero, con la entrega de un reconocimiento a líderes culturales, el 23 de enero la cumbre toma mayor seriedad, con discursos de los primeros ministros de India y Canadá, así como una plática sobre el combate al acoso sexual.
Centro de convenciones en el centro de Davos, donde se realiza el Foro Económico Mundial. (Reuters)
El 24 de enero Angela Merkel, canciller de Alemania, y Emmanuel Macron, presidente de Francia, hablarán sobre el futuro de Europa, mientras que Michel Temer de Brasil dará su visión sobre la economía de su país.
El 25 de enero, los asistentes escucharán a la premio Nobel Malala Yousafzai; el presidente argentino Mauricio Macri hablará sobre la agenda del G20 y la primera ministra británica Theresa May platicará sobre la relación entre el Reino Unido y la Unión Europea durante las negociaciones del Brexit.
El 26 de enero, último día del evento, se dará una plática sobre la ciberguerra y el uso de la tecnología y la cumbre tiene programado terminar con un discurso del presidente estadounidense Donald Trump. Esta última conferencia levanta expectativas, pues pese a hablar en contra de la élite mundial durante su campaña, Trump es el primer mandatario en funciones en asistir al evento en más de 20 años.
Protestas en Zurich, la ciudad más cercana a Davos, por la llegada del presidente Donald Trump. (Reuters)
Pero Davos no se limita a las conferencias. Los invitados asisten esperando obtener conversaciones fructíferas en los pasillos, algunas reuniones se realizan a puerta cerrada y sólo se puede asistir con invitación; otras se realizan en privado, sin dejar registro.
Los líderes políticos y los directores de organizaciones no gubernamentales reciben una invitación al evento. Las empresas tienen que pagar una membresía base de al menos 60 mil dólares, más el boleto para cada asistente, valuado en 28 mil dólares. Pero depende la compañía, una sociedad de capital puede pagar hasta 700 mil dólares para asistir. Las empresas más grandes como Google, también organizan fiestas para conocer a potenciales clientes y hacer contactos, por lo que las invitaciones son altamente cotizadas.
Los críticos aseguran que la reunión no cumple su potencial, pese a reunir a algunas de las personas más poderosas; pues los asistentes no trabajan para resolver los principales problemas mundiales y se mantienen enfocados en realizar negocios.
Pero la reunión en Davos, creada en los años setenta del siglo XX por el economista Klaus Schwab, ha tenido algunos resultados positivos a en el mundo.
En los años ochenta, la tensión entre Grecia y Turquía escaló a tal grado que un conflicto armado parecía inminente, pero la reunión de los primeros ministros en Davos fue un paso determinante para calmar la situación y en 2011 se acordó la creación de un banco de fomento al desarrollo.
(Con información de Juan José Parcero, Noticieros Televisa)
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