Una de las recomendaciones habituales al momento de alimentarlos es incluir en la dieta frutas y verduras, pues estas tienen diferentes beneficios para el cuerpo y un ejemplo de esto es la pera, un fruto que tiene más propiedades de las que muchos seguro han considerado.
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La pera es una de esas frutas que miles de personas tienen en su mesa de forma habitual y que consumen para saciar el hambre o un antojo. Sin embargo, a la hora de consumirla, también están dándole a su cuerpo micronutrientes como la vitamina C, K, potasio, cobre, pequeñas cantidades de ácido fólico, vitamina B9, provitamina A y vitamina B3.
Las vitaminas B ayudan a la función celular del cuerpo y producción de energía, mientras que la provitamina A a una buena salud en la piel. Por su parte, el cobre está relacionado a la inmunidad y una buena función nerviosa.
Como en otras frutas, la fibra soluble e insoluble también está presente en la pera y eso se puede traducir en beneficios para la salud intestinal.
Debido a sus antioxidantes flavonoides, las peras también pueden ser potencialmente benéficas como un remedio antiinflamatorio, lo cual puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares o diabetes tipo 2, mismas que podrían presentarse como consecuencia de inflamación crónica.
Asimismo, debido a compuestos como antocianinas o el ácido cinámico, una dieta en la que se incluyan las peras podría reducir la posibilidad de padecer cáncer de pulmón, estómago, vejiga, mama u ovario.
Al ser un alimento bajo en calorías y rico en agua y fibra, la pera también puede ayudar a bajar de peso, pues los últimos dos elementos mencionados ayudan a saciar el hambre y, en consecuencia, una ingesta de alimentos menor.
Muchas de las propiedades de la pera benéficas en los diferentes puntos expuestos con anterioridad provienen de la cáscara de la misma, por lo que se recomienda consumirla sin pelarla, aunque sí lavarla adecuadamente.
