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SALUD

Resfriado o influenza: ¿Cuál es la diferencia entre estas dos enfermedades respiratorias?

Aunque algunos síntomas son similares, la influenza es mucho más letal que el resfriado común

Las enfermedades respiratorias son infecciones virales, es decir, que se contagian por la transmisión de un virus de una persona a otra. Pero no todas las infecciones virales son iguales.

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Gripa, catarro, flu, resfriado, la gente suele usar estos términos para describir la misma enfermedad. Aunque hay varios síntomas que tienen en común, también hay importantes diferencias que se deben tomar en cuenta.

Saber identificar una enfermedad por su nombre correcto es muy importante para evitar malentendidos con el médico, su diagnóstico y la receta correspondiente. Enseguida explicamos las principales diferencias.

RESFRIADO

Para enfermarse de un resfriado (también conocido como catarro), solo basta con tener contacto directo con las secreciones de una persona infectada (por ejemplo, por medio de un beso o cuando alguien estornuda cerca). También lo podemos cachar cuando tocamos alguna superficie contaminada (el tubo del metro, digamos) y llevamos la mano a la cara.

Aunque es muy común que la gente llame “gripe” a un resfriado, la verdad es que la gripe es provocada por un virus distinto y los síntomas suelen ser más graves. En el caso del resfriado común, los patógenos culpables son los rhinovirus, los más comunes en humanos.

El resfriado es tan común que un adulto, en promedio, se contagia de dos a cuatro veces al año. Por tal motivo, todos ya deben estar familiarizados con los síntomas del resfriado común: congestión nasal, estornudos, tos, ligeros dolores de cabeza. Las personas son más propensas a contagiar a alguien durante los primeros dos días del resfriado.

El vínculo entre el resfriado común y exponerse al frío ocurre porque este clima seco favorece la transmisión del virus y esto se puede deber a una combinación factores. Por ejemplo, cuando hace frío estamos más dispuestos a quedarnos en el interior de un espacio cerrado, compartiendo lugar por más tiempo con gente enferma.

También se ha observado que el rhinovirus sobrevive más tiempo y se reproduce más rápido en lugares con bajas temperaturas. Por consiguiente, el virus puede aguantar más tiempo en el exterior, sobre superficies contaminadas, esperando a tener contacto con un organismo.

El clima frío también debilita nuestras defensas naturales, volviendo nuestras células más susceptibles a la invasión de un virus, particularmente en la nariz. ¿Por qué? Porque uno de los mecanismos de defensa del cuerpo ante las bajas temperaturas es la de sacrificar ciertas partes del cuerpo para proteger a los órganos internos.

INFLUENZA

También conocida como gripe, la influenza también se transmite con facilidad pero es mucho más peligrosa que el resfriado común. Los síntomas incluyen fiebre, tos, dolores de cabeza, dolores en músculos y articulaciones, así como congestión nasal.

Hay cuatro tipos de virus de influenza, clasificados como A, B, C y D. La influenza estacional, la cual suele ser confundida con el resfriado, es provocada por las primeras dos (A y B). Ahora bien, cada año genera brotes distintos que son mucho más letales, como la gripe porcina A/H1N1, la gripe aviar A/H5N1 o la gripe australiana A/H3N2.

H3N2, por ejemplo, es una gripe muy peligrosa porque es difícil de prevenir y puede ser mortal entre grupos vulnerables como niños y personas de la tercera edad. La cepa H3N2 es tan letal que una vacuna apenas puede reducir el riesgo de contraer la gripe por 33%, en contraste, al 54% de efectividad cuando se presenta un brote de la influenza tipo B, o el 61% en las temporadas del virus H1N1.

No obstante, los médicos recomiendan a la población que debe vacunarse contra la influenza de todas formas. Aunque la vacuna antigripal no es perfecta, es mejor estar un poco protegido que no estar protegido del todo. Además, no solo ayuda a prevenir la enfermedad, también contribuye a que no contagies a más personas y se propague entre la población susceptible.