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FAMILIA

Cumple promesa y cruza los Andes en bicicleta junto a su hijo autista

Santiago Zemborain es un adolescente de 16 años diagnosticado con un síndrome del espectro autista. Comenzó a andar en bicicleta con su papá desde pequeño y recientemente cumplió una meta que habían acordado desde tiempo atrás.

Cuando era bebé, los médicos diagnosticaron a Santiago un síndrome del espectro autista y, además, una carencia de tono muscular, por lo que debía entrenarse para tener fuerza.

Fue este último parte médico lo que llevó a pensar Juan Zemborain, su padre, que la mejor forma de conectar con su hijo y mejorar su salud era el ciclismo.

Empezamos con un triciclo, con un karting, luego una bicicleta y desde entonces no paramos.”, cuenta Juan al diario La Nación.

Cuando Santiago comenzó a pedalear, Juan le prometió que cuando cumpliera 15 años cruzarían juntos la Cordillera de los Andes. El 11 de mayo de este año, cumplieron su objetivo al llegar con un crew de cámaras y sonidistas a Playa Mehuín, un balneario chileno a orillas del pacífico.

Juan y Santiago realizaron esta aventura para generar conciencia sobre el autismo, pues ‘es fundamental’, según el ciclista, ya que es muy importante diagnosticar el autismo desde temprano para estimular rápidamente el desarrollo.

Un año perdido para el autismo es mucho”, agrega Juan, quien también cree que se debería empezar a hablar de autismo desde el colegio.

Juan y Santiago Zemborain cruzaron la Cordillera de los Andes en la misma bicicleta. ( Instagram/ Empujando Límites)

La travesía incluyó percances a los que todo ciclista de la naturaleza se enfrenta: lluvias torrenciales, ruedas ponchadas y hasta el rompimiento de la cadena de la bicicleta, que los obligó a tener que hacer un tramo a pie.

Lo importante es el camino y no a donde llegas. No me importa a donde pueda llegar Santi, lo único que quiero es que seamos todos felices”, comenta.

Durante todo el viaje, cuenta Juan, Santiago ríe, habla y conecta con su padre.

Hay una sensación de equipo. Sacamos lo mejor de cada uno”, dice Zemboarain.

En la actualidad, después de pasar una infancia siendo un chico con dificultad para el movimiento con músculos débiles, Santiago tiene fuerza en las piernas y creció significativamente en altura.

Además, la bicicleta y el deporte en general producen endorfinas y eso los hace estar de buen humor, contentos”, explica Zemborain, que ya piensa en nuevos destinos para pedalear con su hijo.

Santiago, al llegar a la Playa Mehuín, en Chile, tras el arduo viaje a través de los Andes (Instagram/Empujando Límites)

 

Con información de La Nación