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CLIMA Y FENóMENOS NATURALES

¿Cómo podemos ayudar a frenar la contaminación del mar en México?

La contaminación del mar en México es un fenómeno preocupante: ¿cómo podemos disminuir nuestro impacto ecológico en los océanos?

Hoy en día hay una isla de plástico del tamaño de Francia flotando en algún lugar del Pacífico. En total hay más de cinco mil millones de envases plásticos en los océanos del mundo. La contaminación está destruyendo a la más grande fuente de vida, de oxígeno y de riquezas de nuestro planeta.

México, un país de mares abundantes y ricos, no es un oasis entre tanta devastación.

Las cantidades de sargazo que se acumulan en las playas de la Riviera Maya son un síntoma: el clima está cambiando y las actividades humanas están destruyendo nuestros ecosistemas. En el futuro, si se destruyen las playas del sudeste mexicano, ¿cómo se mantendrá la actividad turística que sustenta más del 80% de la economía de Quintana Roo?

La contaminación de los mares no es una cuestión puramente ecológica: es un cuestión social y económica que te afecta directamente. Por eso, queremos darte consejos sencillos que puedes seguir para disminuir tu impacto en los mares de México.

Utiliza menos productos de plástico

Hoy en día se calcula que más de medio millón de toneladas de productos de plásticos acaban en los mares de México. El agua marina se está contaminando, por su presencia, de microfibras plásticas que pueden afectar toda la cadena trófica (es decir, la cadena de nutrientes entre las especies del mundo).

Además, miles de aves, mamíferos y peces mueren cada año por culpa de la contaminación de plástico. Animales consumen bolsas de plástico que llenan sus estómagos y los hacen sentir satisfechos hasta la inanición. Otros se ahogan, se atoran o se asfixian.

Es evidente que podemos frenar nuestro consumo de plásticos. Para eso es importante utilizar termos para transportar agua (en vez de comprar una botella nueva cada día); dejar de utilizar popotes (admitámoslo, son bastante inútiles); y evitar pedir bolsas de plástico en los supermercados.

Reducir las emisiones de CO2 y el consumo de energía

Desde el siglo pasado, la temperatura del océano ha aumentado aproximadamente de 0.1 °C. Parece un cambio mínimo pero es un incremento suficiente para matar a las algas que mantienen vivos los corales en México, mover a especias a nuevas áreas y también elevar el nivel del mar.

La contaminación del aire ha causado también que cambie la acidez de los océanos. Los océanos absorben CO2 de la atmósfera constantemente y, por el aumento de gases de efecto invernadero, los océanos están absorbiendo cada vez más.

Esto amenaza directamente a la vida marina que tiene que adaptarse rápidamente a los cambios de PH oceánicos. Cuando aumenta la acidez del agua los organismos calcáreos, por ejemplo, pierden la capacidad de fijar carbonatos y calcio, lo que impide que se formen conchas y corales.

Por otra parte, se están extendiendo las zonas muertas en los océanos de México. Estas zonas son grandes extensiones marítimas que sufren de hipoxia; es decir, concentraciones tan bajas de oxígeno que es imposible sustentar la vida.

Finalmente, los derrames petroleros son frecuentes en nuestros mares. Entre 2007 y 2012, Pemex reportó 290 derrames anuales en promedio. Esto significa un volumen de 4 mil 938 toneladas en promedio.

Todas estas desgracias ecológicas tendrán un impacto nefasto en nuestros ecosistemas y en nuestra vida en general. Es imposible ahora revertir los efectos del cambio climático. Sin embargo, podemos intentar reducir la velocidad con la que está cambiando la temperatura de nuestros mares.

Lo primero que debemos hacer es disminuir las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero utilizando menos el coche, ahorrando energía y consumiendo productos comprometidos con el medio ambiente. Al desplazarnos por transporte público, bicicleta o a pie; al instalar paneles solares y evitar prender luces innecesarias; al consumir más responsablemente, reducimos nuestro impacto ecológico en el mundo y ayudamos, aunque sea un poco, a los mares de México.

Hacer compras responsables de productos marítimos

La sobreexplotación pesquera es otra razón detrás del deterioro ecológico de los mares de México. La gran mayoría de las pesquerías de México en el mar Pacífico y en el mar Atlántico están al límite máximo del aprovechamiento sostenible. Y un buen número de estas pesquerías ya están deterioradas.

El sector pesquero no contribuye mucho al producto interno bruto del país pero sí es una fuente rentable y confiable de ingresos para las poblaciones más pobres de distintas zonas costeras. Por eso este problema es tanto ecológico como social y económico.

¿Pero cómo hacerle frente?

Podemos informarnos sobre lo que consumimos para hacer compras seguras y sostenibles de pescado que no promueven la pesca irresponsable. También podemos evitar comprar cualquier producto proveniente del tiburón y de otras especies marítimas sobreexplotadas (conchas, corales, etc.). Otra medida importante es verificar la composición de la comida que damos a nuestras mascotas (que muchas veces puede incluir productos marítimos). Finalmente, hay que denunciar la venta ilegal o irresponsable de animales marítimos como peces de agua salada y tortugas.

Informarte

La riqueza natural de México es solo comparable con su enorme riqueza cultural y lingüística. Por eso, es necesario crear una mayor implicación de las comunidades en la protección y conservación de nuestros mares. La ciudadanía tiene la responsabilidad de informarse sobre la riqueza natural de México y las instituciones educativas tienen la responsabilidad de crear herramientas eficientes de divulgación y comunicación científica.

De la misma forma, es importante pedir a los servidores públicos cuentas sobre las políticas implementadas para proteger la salud de nuestros mares. Si no lo hacemos directamente, podemos apoyar a las instituciones que investigan y protegen los mares de nuestro país. Hay muchas formas de apoyar, de aprender y de comunicar: es cuestión de voluntad, compromiso y curiosidad.

Practicar un turismo responsable

Nuestras playas son un verdadero privilegio y, por eso mismo, son una responsabilidad. Millones de mexicanos alimentan las costas en temporadas vacacionales y esto también aumenta la contaminación de nuestros mares. Por eso es importante tener una adecuada cultura turística comprometida con la conservación ecológica.

Existen bloqueadores solares y bronceadores que son completamente biodegradables y que podemos utilizar para minimizar nuestro impacto en el ecosistema marítimo. También es nuestra responsabilidad recoger y disponer adecuadamente de toda la basura que creamos en nuestra estancia en la playa. Finalmente, podemos decidir quedarnos en los hoteles y abordar las embarcaciones que tienen mayor conciencia ecológica.

Recuerda, los mares son de todos y es nuestro deber protegerlos.