Según el trabajo de Carol Dweck, profesora de la Universidad de Stanford, podemos darnos una idea sobre el tipo de mentalidad de nuestro jefe según su tipo de comportamiento.
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La investigación de Dweck indica que la mentalidad de los jefes puede variar entre dos tipos: fija o de crecimiento. Estas las podemos definir basándonos en la capacidad que tengan para liderar, coordinar a su equipo y obtener resultados.
Pero, ¿cuáles son las diferencias?
Mentalidad fija
En esta se tiende a ver el mundo en absolutos. La perspectiva está polarizada y los jefes que la tiene suelen rodearse por personas menos brillantes que ellos. Evitan hablar de los errores y se cuelgan todas las medallas encima.
La parte optimista es que saben trazar estrategias y hacer que su equipo las alcance, pero en la parte negativa podrían esconderse miedos e inseguridades que a la larga podrían provocar fricciones en el entorno laboral.
Mentalidad del crecimiento
Este tipo de jefes suelen abrirse al cambio, valorar la inteligencia ajena y explorar el talento de su personal para obtener lo mejor de cada uno de ellos.
Se esfuerzan en aprender de su equipo y por lo general, su mentalidad se enfoca hacia nuevos retos que le permiten adquirir nuevos conocimientos. No suelen ser personas que se estanquen u obsesionen con los errores, pues los gestionan de manera positiva.
Su impacto social afecta a la productividad laboral y al buen ambiente de trabajo.
¿Mentalidades exclusivas de los jefes?
Según Dweck, aunque sea más sencillo identificar este tipo de comportamiento en nuestros jefes, todas las personas poseemos ambos tipos de mentalidades, por lo que dependerá de nuestra educación, entorno y personalidad cuál desarrollamos más.
Lo recomendable es encontrar un equilibrio entre las dos y poder generar mejores formas de interacción.
