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CIENCIA Y TECNOLOGíA

¿Las emociones significan lo mismo en otros idiomas?

Un estudio lingüístico arrojó interesantes conclusiones con respecto a la naturaleza de las emociones

Un estudio reciente demuestra que las personas entienden cosas distintas cuando se les habla de amor, vergüenza o pena, y esto depende de su idioma.

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La investigación publicada en la revista Science señala que casi todos los hablantes coinciden en designar con un vocablo positivo cada emoción negativa y términos activos para las sensaciones que reflejan una alteración del equilibrio emocional.

Con base en un corpus de cientos de palabras tomadas de 2,474 idiomas que se hablan actualmente, los investigadores crearon una serie de redes de conceptos que expresan 24 emociones diferentes.

Para el estudio fueron de especial interés las palabras polisémicas, es decir, con varios significados, como por ejemplo, la palabra ‘pena’ que hace referencia a tristeza, dolor o incluso vergüenza. Es posible que en otro idioma exista otra palabra que sirva para expresar los mismos tres significados, se trata de un fenómeno llamado colexificación.

La colexificación está vinculada con la cercanía geográfica, por lo tanto, se cree que la variación en la semántica de las emociones no es aleatoria, sino que conecta con patrones de comercio, migraciones, conquista o un pasado común en las distintas familias lingüísticas.

Se descubrió que, por el contrario, también hay palabras que expresan emociones que forman redes distintas en distintos idiomas. Por ejemplo, en varias lenguas austronesias, habladas en la mayor parte de Oceanía, la palabra sorpresa está muy relacionada con la de miedo. Mientras, en los idiomas de la familia tai-kadai, propios del sudeste asiático, tiene más que ver con esperanza.

El principal autor del estudio Joshua Conrad Jackson de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill, de Estados Unidos, explica parte de sus hallazgos con la palabra ‘sorpresa’.

“Como una familia lingüística tiene asociaciones negativas con el término mientras que otra las tiene positivas, podemos imaginar cómo los hablantes de estas diferentes lenguas reaccionarían si alguien saliese desde atrás de un mueble o de una habitación a oscuras gritando ¡sorpresa!”.

Asimismo, si una emoción provoca una excitación fisiológica (como la alegría o la ira), todos los idiomas lo reflejan.

“La estructura de la semántica de las emociones en las diversas lenguas apunta a que son dimensiones psicofisiológicas comunes a todos los humanos”, agrega Kristen Lindquist, coautora del estudio.

Por lo tanto, todo apunta a que las emociones pudieran tener un componente universal y otro variable, una afirmación que encaja con teorías previas. Hay investigadores que señalan un parecido entre las emociones y los colores, hay algunos básicos y el resto es la combinación de dichos tonos base. Mientras que otros ven a las emociones como construcciones puramente culturales.

“Mostramos lo que es universal y lo que es culturalmente variable en una emoción. Los sentimientos de positividad/negatividad y los sentimientos de excitación fisiológica parecen ser bloques de armazón universales de la experiencia emocional, pero la forma en que damos sentido a estos sentimientos parece variar según las culturas”, explica Joshua Conrad Jackson.

Con información de El País