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ECONOMíA

Cliente deja propina de 9,400 dólares para apoyar a los meseros con la crisis por coronavirus

Para evitar el contagio de COVID-19, muchos restaurantes de Houston no podrán abrir sus puertas por 15 días

Una pareja que cenó el lunes por la noche en un restaurante del centro de Houston dejó una propina bastante generosa para los empleados, la cual sumaba 9,400 dólares.

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En el contexto de una parálisis económica a causa del temor por el coronavirus, y la incertidumbre laboral para muchos trabajadores, el personal de Irma’s Southwest se vio sumamente agradecido por la propina, una cantidad que equivale a poco más de 200 mil pesos mexicanos.

En el condado de Harris, donde se encuentra la ciudad de Houston, todos los bares, clubs y restaurantes tienen prohibido recibir y atender a personas que quieran comer en sus instalaciones por un periodo de 15 días. Los negocios de comida únicamente pueden atender pedidos para llevar (tipo take-out, drive-thru o delivery).

Para los restaurantes tradicionales que no se especializan en ofrecer servicios para llevar, la orden representa un tremendo golpe económico para los negocios, así como un tiempo de incertidumbre para sus empleados, sobre todo para aquellos que dependen de las propinas.

“No lo esperábamos, para ser sincero”, dijo Luis Galvan, dueño del restaurante, a CNN. “Dejaron una propina para todo el personal de cocina y servicio, lo cual fue inesperado”.

La cuenta de la mesa salió en 90 dólares, pero la pareja dejó 1,900 dólares en efectivo más 7,500 dólares en la tarjeta de crédito. Pegado al recibo venía una nota del comensal para que la propina sea repartida entre los trabajadores. También pedían que sus nombres permanecieran en el anonimato.

 

La propina fue repartida de manera equitativa entre los 30 empleados del establecimiento, con 300 dólares para cada quien. El mesero que atendió a la pareja recibió 100 dólares adicionales.

“Se sorprendieron de que un cliente se preocupara lo suficiente por ellos como para dejar esa cantidad para ayudarlos a superar este momento difícil.”

Dijo el señor Galván, mientras el restaurante de comida tipo tex-mex se preparaba para desinfectar las instalaciones y ajustar su menú a un servicio de comida para llevar. “Ni siquiera estamos preocupados por la rentabilidad en este momento. Estamos en modo de supervivencia”, dijo.