El 28 de abril fue el última día que estuvo abierto Handsome Her, una cafetería ubicada al norte de Melbourne, Australia. El establecimiento se volvió polémico, no por su menú vegano o las diversas causas sociales que apoyaba, sino por el cargo adicional que le cobraba a clientes varones.
Operado por activistas del feminismo, Handsome Her fue el blanco de fuertes ataques en redes sociales cuando en 2017 anunciaron su intención de sumarle un “impuesto” de 18% a las cuentas de los hombres, mientras que a las mujeres se les ofrecía “mesas preferenciales”.
El impuesto era un cargo simbólico como forma de protesta a la brecha salarial de género. Todos los fondos recaudados de este impuesto eran donados a un grupo de caridad que ayudaba a mujeres aborígenes.
A pesar del hecho de que el impuesto solo se cobraba una semana al mes y no era obligatorio, la cafetería fue criticada por trolls anti-feministas.
Solo éramos una pequeña tienda en Sydney Rd que intentaba abrir una franja de espacio para priorizar los problemas de las mujeres y sus causas, y de repente nos convertimos en el blanco de burlas de Melbourne e Internet.
Explicó la dueña Alexandra O’Brien (via News.com.au). Aunque la cafetería no respondía a los insultos en sus redes sociales, las encargadas sí estaban dispuestas a conversar con los comensales sobre el tema.
Alentamos la diversidad de opiniones de todas las intersecciones de la sociedad e insistimos en que las personas critiquen su miedo interno al conflicto con curiosidad y apertura, en lugar de hostilidad. No creemos en la práctica milenaria de silenciar a las mujeres como una forma de sofocar el debate y evitar los conflictos.
A través de Facebook, la cafetería detalló que no cerraron sus puertas por motivos económicos ni por el hostigamiento del que fueron víctimas.
Hemos vendido el negocio porque somos jóvenes, educadas y partimos hacia nuestra próxima aventura. Para aquellos que han dirigido su propio pequeño negocio, saben cuánto tiempo, sangre, sudor y lágrimas se requieren, y esperamos conseguir una forma más lenta y deliberada de vivir en el mundo y poner nuestra política feminista, vegana y de bajos residuos a la práctica.
Así como en muchas partes del mundo, en Australia existe una brecha salarial de género. El promedio nacional en puestos de tiempo completo es del 14.1%.