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CLIMA Y FENóMENOS NATURALES

La Ciudad de México es 1 grado más caliente hoy que hace 20 años; ¿qué significa esto?

Los años más recientes han registrado los meses más calurosos en la historia moderna de México

En el contexto de las olas de calor extremas que se han registrado en las últimas semana en Europa y América del Norte, es necesario recuperar un dato importante sobre los efectos del cambio climático en la Ciudad de México. La capital del país es casi un grado más caliente que hace 20 años.

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Este dato fui incluido en un reporte del Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire de la Zona Metropolitana del Valle de México (ProAire ZMVM) 2021-2030, documento que fue presentado a finales del año pasado por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la CDMX, a través de la Dirección General de Calidad del Aire.

El párrafo que viene al caso es el siguiente, sobre los efectos del cambio climático en el aumento constante de la temperatura promedio de la Zona Metropolitana del Valle de México, registrados por la Red de Meteorología y Radiación Solar (REDMET) entre 2001 y 2019:

“En específico, esta se ha incrementado en aproximadamente 0.9°C, en tanto que los valores máximos de temperatura aumentaron en ~0.4°C y los valores mínimos en ~1.2°C”.

Los mayores aumentos de temperatura se han dado sobre todo en los últimos cuatro años previos a la pandemia de COVID-19. Los datos de la REDMET señalan que “en 2016, 2017 y 2018 se registraron anomalías en la temperatura a lo largo de casi todo el año” en la CDMX y Zona Metropolitana.

“Por ejemplo, si bien en 2018 el promedio de la temperatura ambiente registrado por todas las estaciones de monitoreo en la Ciudad de México fue de 16.3°C, 0.5°C menos que en 2017, cuando se comparan los promedios mensuales en 2018 con los valores históricos de 2000-2017, se observan anomalías positivas (temperaturas más altas) durante nueve meses: febrero, marzo, mayo, junio, julio, septiembre, octubre, noviembre y diciembre”.

“En febrero, marzo, julio y noviembre se presentaron anomalías iguales o mayores a 0.8°C, en tanto que el aumento más importante se observó en marzo, cuando el promedio mensual se elevó en 1.4°C en comparación con los valores de 2000-2017”.

La Ciudad de México no se contiene en una burbuja, ya que estas anomalías no se explican sin el impacto de fenómenos globales “como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), el cual exhibe dos fases, una cálida (El Niño) y una fría (La Niña)”.

Encima de esto, también se deben considerar los efectos “de la isla de calor urbana” en las temperaturas de la CDMX, “pues esta puede llegar a ser hasta 4.6°C más cálida que en las afueras de la zona urbana”.

“Esto se debe a que en las zonas centrales de la metrópoli del Valle de México se encuentran edificaciones y estructuras urbanas con materiales oscuros como el asfalto y el cemento, los cuales absorben calor, además de que se carece de suficiente cobertura vegetal”.

Si bien 1 grado de diferencia no suena muy devastador en contraste a las temperaturas del año 2001, los efectos no deben ser menospreciados. Un Valle de México más caliente no solo implica incendios forestales más intensos en la cercanía de zonas urbanas, también trae consigo un riesgo a la salud por el impacto que las altas temperaturas pueden tener en nuestro consumo de energía y en la calidad del aire.

Herramientas como el ProAire ZMVM ofrecen medidas para atender la problemática de la contaminación atmosférica y, si no es demasiado tarde, reducir las probabilidades de muerte prematura en miles de mexicanos expuestos a estos elementos.

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