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DEPORTES

Carlos Girón y los clavados a cambio de monedas

Carlos Giron siempre será recordado por impulsar los clavados en México.

Aunque el registro dice que Carlos Girón nació en Mexicali, Baja California, llegó de muy niño a Acapulco, donde comenzó con los clavados como un juego, pero así forjó su carrera. La inocencia y la necesidad de Carlitos hicieron que comenzara a lanzarse desde las rocas del malecón hacia el mar para recoger las monedas que los turistas lanzaban a manera de diversión.

Ese fue apenas el comienzo, porque el siguiente reto fue aventarse de La Quebrada, un sitio histórico de Acapulco, donde poco a poco fue perfeccionando la técnica y sobreviviendo a las olas del mar. No sabía nadar bien, pero la necesidad era más grande y por ello aprendió a la mala, tragó mucha agua salada a cambio de unas cuantas monedas.

Carlos llegó a la Ciudad de México muy joven y para no entrar en depresión buscó una alberca y por azares del destino llegó a la indicada. Su talento fue descubierto y forjado por Jorge Rueda en la escuela del IMSS, entrenó en la Unidad Deportiva Morelos hasta que consiguió llegar a la justa Olímpica de Múnich en 1972. Los entrenamientos diarios de 8 horas lo convirtieron en el mejor deportista mexicano para la justa de 1980.

Participó en otras tres ediciones, aunque solo en Moscú 1980 consiguió la medalla de plata en el trampolín de 3 metros. No se trata de un logro, sino de un robo por parte del juez, quien hizo que su rival directo, Aleksandr Portnov, repitiera un clavado mal ejecutado. Se utilizó la regla D-30, desconcentración ocasionada por el público, y el soviético aprovechó la segunda oportunidad para ganar la medalla de oro, misma que le habría correspondido al mexicano.

“Lanzarte de clavado es como volar, y el encuentro con la masa sólida, y la sumersión… Todo eso es indescriptible. Yo me lanzaba muy bien. Desde entonces sentí una fascinación especial por ir de cabeza, el cuerpo en libertad, al encuentro con el agua”, dijo Girón en entrevista para el COM.

Girón nunca dejó de luchar, pues tras su retiro se dedicó a ejercer su carrera como odontólogo. Murió el 13 de enero de 2020 por una neumonía severa agravada con una infección por bacteria intra-hospitalaria. Falleció en el IMSS, donde paso hospitalizado hasta perder la batalla a los 65 años de edad.