El cáncer es una de las primeras causas de muerte a nivel global y aqueja a 32,825 mujeres por el de mama y a 22,530 por el de ovario, por lo que se ha llegado a creer que entre estos dos padecimientos existe una relación.
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Debido a que el de cáncer de mama se presenta con una alta frecuencia es importante saber que esta enfermedad puede representar un factor de riesgo para desarrollar el cáncer de ovario, como lo informa la American Cancer Society al explicar que la mutación en ciertos genes -que podrían ocasionar el cáncer de mama- motiva un síndrome hereditario de cáncer que aumenta el riesgo de padecer el de ovario.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que estos términos son enfocados en relación a algún antecedente cancerígeno familiar, por lo que el cáncer de ovario no solo depende del de mama, sino de factores como la herencia genética, la terapia hormonal tras la menopausia, el uso de tratamientos de fertilidad, el envejecimiento y el sobrepeso u obesidad.
Las mutaciones suceden en los genes BRCA1 o BRCA2, causa del síndrome hereditario de cáncer de seno y el de ovario, por lo que aumenta otros factores de riesgo como el de padecer cáncer pancreático y el de próstata en los hombres.
La mutación BRCA1 conlleva un riesgo de entre 35% y 70% de desarrollar cáncer en las mujeres, mientras que con la BRCA2 se estima un riesgo de entre el 10% y 30% a partir de los 70 años de edad.
Este hecho también funciona a la inversa, ya que si antes se ha tenido diagnóstico de cáncer de seno, el riesgo de padecer un cáncer de ovario se vuelve mayor, siendo un poco más grave si en la familia se cuentan con antecedentes genéticos que involucran esta enfermedad.
Algunos de los factores con efectos no bien definidos sobre el cáncer de ovario son los andrógenos -como la testosterona-, una mala alimentación y el talco en polvo si se aplica en el área genital, en toallas sanitarias o en diafragmas y condones.
