En 2018, una niña de 3 años de edad fue asesinada durante su fiesta de cumpleaños por un extraño. El hombre ingresó a su casa, hirió a ocho personas y mató a la menor. Tres años después, el asesino ha sido condenado a cadena perpetua.
Te recomendamos: Hombre apuñala a la familia de su expareja, mata a su suegro y hiere a su propio hijo
El 30 de junio del 2018, Ruya Kadir celebraba su tercer cumpleaños en compañía de su familia, en la ciudad de Boise, en el estado de Idaho. Durante la fiesta, irrumpió en el departamento Timmy Kinner, quien hirió a ocho personas, entre ellas cinco niños, y asesinó a Ruya.
Tras la detención de Kinner siguió un largo proceso judicial. En 2018, se determinó que el hombre era incompetente para ser juzgado, tras haber alegado que padecía trastornos mentales.
Sin embargo, en octubre del 2019 se declaró que era mentalmente apto y fue juzgado en consecuencia. En marzo del 2021, Kinner se declaró culpable de los 13 crímenes que se le imputaron.
Tras admitir su culpa, la fiscalía habría accedido a no pedir la pena de muerte en su contra. Y, tras meses de deliberaciones, Kinner fue sentenciado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.
Kinner durante una audiencia en 2018. (Imagen: Especial)
Sin embargo, familiares de las víctimas se habían pronunciado anteriormente a favor de que el asesino recibiera la pena de muerte.
“Lo que le hizo a los niños, a la familia, rompió los corazones de las familias y mató a los niños. Esa gente debería morir sin siquiera pensar en ello. No son adultos, no habían visto la vida todavía. Se escaparon de la guerra para venir aquí, y mira lo que les pasó”, declaró Anmar Lafta, familiar de las víctimas.
Kinner no tenía conexión alguna con sus víctimas y no las conocía. El hombre originario de Memphis, Tennessee, había llegado a Boise semanas antes del ataque y vivió en el mismo edificio donde ocurrieron los hechos.
Las familias agraviadas dejaron sus países de origen a causa de la guerra y llegaron desde Etiopía, Irak y Siria a los Estados Unidos como refugiados.
“Hace cerca de tres años, nuestra comunidad fue cimbrada por los eventos del 30 de junio del 2018. Sé que ninguna sentencia podrá reemplazar la pérdida de Ruya o borrar el trauma y el daño físico que tantas víctimas experimentaron ese día. Quiero reconocer el heroico esfuerzo de muchas de las víctimas Sus acciones sin duda salvaron otras vidas”, declaró Jan Bennetts, fiscal del condado.
