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ECOLOGíA

Bosques tropicales están dejando de retener CO2: estudio

Las selvas y bosques tropicales eran las principales aliadas en el ciclo del carbono, pero ahora su labor se dificulta cada vez más.

Un estudio realizado con los bosques, selvas amazónicas y centroafricanas ha confirmado la triste noticia de que los árboles de estos lugares retienen cada vez menos dióxido de carbono (CO2) y mueren con más rapidez.

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Además de la tala clandestina y la deforestación de importantes áreas verdes, esta investigación reveló que los árboles están dejando de absorber el CO2 que existe en el mundo debido a las excesivas cantidades que se producen de este y a las fuertes sequías que provocan la muerte prematura de la vegetación.

Esto ocasiona que el ciclo de carbono presente cambios importantes que afectan a todos los seres vivos, pues como las plantas han acelerado su fotosíntesis, el panorama natural para combatir el cambio climático se complica.

“Todos los modelos climáticos sugerían que las plantas continuarían tomando más CO2 durante varias décadas… La tasa de fotosíntesis es más rápida pero tiene un límite fisiológico y este límite es el que estamos superando. En la selva amazónica se alcanzó hace 15 años y en la africana ya lo alcanzamos en 2012”, mencionó Aida Cuní, investigadora de la Universidad de Nueva York.

Con la muerte temprana de cientos de árboles se impide que el dióxido de carbono quede aislado de la atmósfera, lo que a su vez ocasiona que este regrese al ambiente antes del tiempo estimado y se propague a una mayor velocidad y cantidad.

Las selvas tropicales, por su expansión territorial y cualidades biológicas, resultaban aliadas importantes para la estabilidad del medio ambiente, sin embargo tanto los incendios forestales como la deforestación que ha erradicado más de la mitad de su tamaño original las están dejando fuera de la jugada.

El cambio climático y la muerte de los árboles en cifras

Más de 570 árboles han sido analizados desde hace 60 años para mantener un registro de su crecimiento y estado de salud desde Gambia hasta la Amazonia, por lo que se calcula que más de 300 mil mantienen la lucha contra el carbono, pero esta cifra apenas es equiparable a la cantidad de propagación que este alcanza.

En la década de los 90, las selvas amazónicas y centroafricanas capturaban hasta una tonelada de carbono por hectárea al año, ahora con esfuerzos llegan a las 0.66 toneladas.

“Los bosques tropicales aún son sumideros netos de carbono porque el efecto positivo del CO2 como fertilizante supera los efectos negativos de una temperatura en aumento y una menor precipitación. Sin embargo, esta capacidad se está reduciendo ya que el balance entre esos efectos estás cambiando”afirmó Wannes Hubau, investigador del Museo Real de África Central.

Mientras que Anja Ramming, científca de la Universidad Técnica de Múnich, destaca que es importante la participación de los árboles en los procesos climáticos porque, de continuar con su erradicación, una transformación ambiental catastrófica será inminente.

“Un tercio del dióxido que estamos emitiendo acaba en el océano, otro tanto permanece en la atmósfera y el último es retirado por los ecosistemas terrestres, por los bosques. La mitad de este último tercio lo retiran las selvas tropicales. Si esta capacidad de la selva de capturar nuestras emisiones se reduce, como muestran Hubau y otros, habrá más CO2 en la atmósfera, lo que acelerará el cambio climático” dijo.

Con información de Revista Nature/El País