Un grupo de pescadores provenientes de Noruega encontraron una extraña sorpresa mientras faenaban frente a las costas cerca de la aldea de Inga.
Una pequeña ballena blanca nadaba entre los barcos mordiendo las cuerdas y aparejos de pesca. Cuando se percataron de lo que ocurría, los pescadores la encontraron y se dieron cuenta de que traía puesto un arnés.
La historia de la ballena, su comportamiento y el arnés que llevaba alrededor del cuerpo llamó al atención de Jørgen Wiig, biólogo marino e Inspector de la Dirección del Servicio Marítimo de Pesca de Noruega.
Fotografía de la beluga con arnés, capturada por uno de los pescadores noruegos que la avistaron en el mar Ártico (VG Noruega)
Wiig envió a un equipo a la zona de Inga para examinarla con más detenimiento. La ballena, una beluga blanca, se comportaba con total naturalidad ante la presencia de seres humanos.
Los biólogos removieron el arnés de la ballena y lo examinaron. En uno de los broches, el arnés decía “Equipo de San Petersburgo” con alfabeto cirílico, específicamente en ruso. Además, parecía destinado a instalar algún tipo de equipamiento, como una cámara.
El arnés que la beluga traía puesto decía en uno de los broches de plástico ‘Equipo de San Petersburgo’, lo que indica su proveniencia rusa (VG Noruega)
El profesor de la Universidad del Ártico noruego en Tromsø (UiT), Audun Rikardsen, explicó a la cadena de noticias NRK que no se colocan arneses a las ballenas porque estos pueden causar daños al animal si los llevan mucho tiempo.
Wiig especula que es posible que la beluga haya formado parte de algún experimento militar y haya escapado de alguna forma.
Solo podemos especular sobre cuál ha sido su uso, pero lo que está claro es que ha estado en cautiverio durante un largo período de tiempo porque estaba completamente domesticada. Hasta se dejaba acariciar”, explica Wiig.
Al contactar a otros biólogos rusos que trabajan con ballenas, ellos explicaron que ninguno de sus equipos usara arneses. Sin embargo, apuntaron a que la beluga pudo haber escapado de la base naval de Murmansk.
En la década de los 80, la marina rusa abrió un programa de investigación que buscaba entrenar mamíferos marinos como delfines y belugas con fines militares. Estos animales, con su alta inteligencia, hacían posible su entrenamiento para localizar objetos o explorar.
El programa fue cerrado en los años 90, pero un reporte publicado por la cadena oficial rusa TV Zvezda confirmó que el presidente Vladimir Putin había reabierto varios de estos programas de entrenamiento en el Centro de Investigación Marina de Murmansk.
La ballena que hemos encontrado es un animal domesticado acostumbrado a recibir comida. Por eso se ha acercado a los pescadores”, explica Wiig. “La duda ahora es si logrará acostumbrarse a cazar y alimentarse por su cuenta. Algunas lo logran, otras no.” , concluyó.
