Para un adolescente con cáncer, su máxima pasión en la vida eran los autos deportivos. Por este motivo, su último deseo fue que su marcha fúnebre fuera acompañada por diversos tipos de automóviles.
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¿Cuál hubiera sido su reacción al ver que no fueron una decena de automovilistas los que honraron su memoria sino más de dos mil?
Alec Ingram, de 14 años de edad y originario de Washington, Missouri, falleció el 7 de noviembre tras padecer por cuatro años un raro tipo de cáncer de los huesos. En 2015 fue diagnosticado con osteosarcoma.
Para su funeral, cerca de 2,100 autos deportivos y 70 motocicletas, provenientes de varios estados del país, se reunieron en el estacionamiento del Six Flags de St. Louis.
Al inicio del cortejo, los vehículos acompañaron el coche fúnebre por la pequeña localidad de Washington, a tal grado que la policía tuvo que suspender la circulación por la ciudad.
El evento fue montado por Sydney’s Soldiers Always, una organización que se dedica a cumplir los últimos deseos de niños con enfermedades terminales.
Dana Christian Manley, fundadora de la organización, se encargó de reclutar a todos los autos deportivos y exóticos para escoltar a Alec a su funeral en la Iglesia Luterana Immanuel.
Según informaron medios locales, había conductores que viajaron a Missouri desde estados tan lejanos como California, Michigan, Florida y Nueva York, simplemente para participar en la procesión fúnebre de un chico que la gran mayoría no conocía.
