Era una noche lluviosa de 1985 en la provincia de San Luis, en el centro de Argentina, cuando de la nada apareció una red de ríos.
Entre ellos está el río Nuevo, que con su curso cambiante amenaza las tierras de cultivo y a la ciudad de Villa Mercedes.
En 2005, Río Nuevo provocó destrozos en 220 mil hectáreas de campo y cortó la circulación de dos carreteras nacionales.
¿Y cómo se formó el río? De acuerdo con los investigadores es producto de la deforestación, las prácticas agrícolas en la zona y, obviamente, el cambio climático.
“La aparición de un nuevo río en una zona que nunca había tenido cursos de agua desconcierta a los científicos y tiene descorazonados a los agricultores”, señala la investigación.
El río Nuevo atraviesa la Cuenca del Morro, una cuenca de agua subterránea con una pendiente que cubre 373 mil hectáreas de terreno.
Cuenca del Morro, vía Agencia San Luis
De acuerdo con el reportaje que le dedica el diario inglés The Guardian, la zona no es propicia para ríos, pero la deforestación ha traído consigo los problemas a los que ahora se enfrenta.
Argentina es la tercera nación productora de soya más grande del mundo, después de Estados Unidos y Brasil, y representa el 18% de la producción mundial. En 2016, las exportaciones combinadas de soya, harina de soya y aceite de soya representaron el 31% de las exportaciones totales del país.
Antes, Cuenca del Morro era una zona llena de árboles y pastizales que conducían el agua hasta el subsuelo, ahora todo lo que asoma son campos de maíz y granos de soya que han provocado el desgaste del suelo.
¿Alguien ha tomado consciencia sobre el problema que la deforestación representa?
Uno de los problemas más comunes que los agricultores han detectado desde la aparición del río es que cuando llueve, este inunda campos de cultivo completos con una capa de sedimentos de aproximadamente de un metro de altura.
A pesar de los esfuerzos del gobierno, el curso del río es tan cambiante que sus efectos en la región podrían ser incontenibles y catastróficos.
“Esto solía ser tierra totalmente plana con pasto”, lamenta Alberto Panza, un poseedor de tierras en la zona.
vía The Guardian
Por lo pronto, las grandes industrias agrícolas siguen trabajando en el área sin preocuparse por los efectos que su actividad tendrá a largo plazo, y sin tomar en cuenta las consecuencias que el río podría tener en la región.
