Denise Vicentin, una mujer brasileña de 53 años, fue víctima hace 30 años de un tumor facial que destruyó su rostro. Hoy, con una prótesis ocular, tiene una segunda oportunidad de retomar su vida.
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Luego de que un cáncer se alojara en su rostro, Denise perdió su ojo derecho y parte de su mandíbula, lo que afectó diversos ejes en su desarrollo y obstaculizó su camino.
Sin embargo, gracias a una prótesis hecha con tecnología digital e impresa en 3D, Vicentin tiene hoy la posibilidad de trazar vías diferentes para su historia.
Desde una clínica en Sao Paulo, Denise dijo sentirse feliz de poder andar por las calles con libertad otra vez. Este método de bajo costo es un adelanto para la ciencia médica.
“En el pasado nos tomaba mucho más trabajo, horas de escultura a mano, además de ser un proceso más invasivo para copiar el rostro del paciente, con materiales en la cara. Hoy, con fotos de un celular hacemos un modelo tridimensional”
… explicó Rodrigo Salazar, investigador principal en estos estudios.
El equipo que trabajó con Vicentin ha tenido experiencia con otros 50 pacientes de casos similares desde 2015, y se ha especializado en prótesis maxilofaciales.
Esta rama de la odontología permite la reconstrucción del rostro de los pacientes desfigurados por defectos de nacimiento, enfermedades y traumatismos.
Denise desarrolló un tipo de cáncer ocasionado por un tumor facial que fue removido dos veces de su cara, pero que regresó dos décadas después y afectó la formación de su rostro.
Debido a la pérdida de los músculos faciales y parte de su mandíbula, Vicentin tiene problemas para hablar y para comer. Necesita que su hija sea su intérprete y difícilmente logra autonomía para llevar a cabo su rutina diaria.
En 2018, a esta mujer le implantaron varillas de titanio en la cuenca de su ojo para sostener la prótesis y en 2019 se sometió a múltiples cirugías para la reconstrucción del tejido facial.
Después, un diseñador gráfico creó un reflejo de la mitad de la cara que no estaba dañada por el cáncer y con esto pudo diseñar la forma del implante.
El prototipo fue impreso en 3D y utilizado para fabricar la versión final del nuevo rostro con silicona, resina y fibras sintéticas.
La coloración de la prótesis se basó en la tonalidad de la piel de Denise, de igual forma que el color de ojo que tendría la segunda parte de su rostro.
Tras 12 horas de espera y un año de tratamiento, la reconstrucción quedó lista en un tiempo que tomó la mitad de lo que los métodos convencionales hubieran hecho.
“Queda demostrado con este método que no necesitas grandes inversiones de dinero para hacer uso de tecnologías de avanzada (…) Esta es la gran revolución actual de las tecnologías, que se han diversificado, democratizado”.
… dijo Salazar.
Las prótesis en el futuro
Se espera que a partir de 2020, Dib y Salazar, los responsables de estos adelantos, puedan abrir un centro de tratamiento para la rehabilitación protésica facial con la Universidad Paulista.
Dib tienen la esperanza de que las impresiones 3D puedan emplearse directamente en las prótesis de silicona y no solo en los modelos para que en poco tiempo se pueda ayudar con más rapidez a los pacientes.
Vicentin deberá someterse a una restauración de mandíbula y labio, pero por ahora ya puede dormir con su prótesis y solo cuidarla al despertar.
