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SALUD

Alerta OMS sobre los riesgos de dar agua a bebés para calmar la sed

La OMS asegura que no es necesario dar agua a los bebés, ni siquiera en los climas calientes

Dar agua a los bebés los pone en riesgo de presentar diarrea y desnutrición, ya que hace que consuma menos leche materna o suspenda la lactancia temprano, alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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La leche materna, explicó el organismo, contiene más de 80 por ciento de agua, especialmente la primera leche que el o la bebé consume en cada ocasión, por lo que si la madre cree o ve sediento al menor debe amamantarlo para calmar la sed.

Los bebés no necesitan agua adicional, ni siquiera en climas calientes”, agregó la OMS.

Por ello, recomendó que la lactancia sea exclusivamente materna los primeros seis meses de vida para lograr un crecimiento, desarrollo y salud óptimos; luego de ese lapso, los lactantes, además de ser amamantados, deben recibir alimentos completamente seguros y nutricionalmente adecuados para atender sus crecientes requisitos nutricionales.

Refirió que la lactancia materna debe seguir hasta los dos años o más, pues es un alimento que aporta todos los nutrientes que necesitan para un desarrollo sano, además de que protege a los menores de enfermedades frecuentes de la infancia, como la diarrea y la neumonía, principales causas de mortalidad en la niñez.

La lactancia, además, funciona como un método, aunque no totalmente seguro, de control de natalidad y, detalló la organización, reduce el riesgo de sufrir cáncer de mama y de ovario, diabetes tipo II y depresión postparto.

Bebés de la prehistoria bebían leche en biberones de arcilla

Los bebes en época prehistórica eran alimentados con leche de animales para lo que se usaban unos recipientes de arcilla que serían los equivalentes a los biberones modernos, según un estudio que publica este miércoles la revista Nature.

El trabajo, firmado entre otros por expertos de la Universidad británica de Bristol, indica que los recipientes para la alimentación hechos de arcilla aparecieron “posiblemente” en Europa durante el Neolítico (unos 5.000 años antes de Cristo) y se fueron haciendo cada vez más normales durante las edades de Bronce y de Hierro.

Los ejemplares encontrados, que recuerdan lejanamente a un botijo, son lo bastante pequeños como para caber en la mano de un bebé y tienen una especie de pico vertedor que servía para que el crío mamase el líquido.

Además, algunos de estos recipientes tenían forma de animales imaginarios, describen los autores de este trabajo en un comunicado de la Universidad de Bristol.

Para dilucidar si efectivamente se trataba de biberones o de recipientes para alimentar a enfermos -que también se había sugerido ante la falta de pruebas directas sobre su función-, los investigadores seleccionaron tres vasijas encontradas en tumbas infantiles “muy raras” en Baviera (Alemania).

Se trató de tres ejemplares pequeños -de cinco a diez centímetros- con una boca extremadamente estrecha.

El equipo combinó análisis químicos e isotópicos para identificar y cuantificar los residuos de alimentos encontrados dentro de los recipientes y así hallaron que las vasijas habían contenido leche de rumiante de ganado vacuno, ovejas o cabras domesticadas.

Su presencia en tumbas infantiles y las pruebas químicas confirman que estos recipientes fueron utilizados para alimentar a los bebés con leche animal, ya sea en lugar de la leche materna y/o durante el destete hacia alimentos suplementarios.

Antes de este estudio que publica Nature, la única evidencia sobre el destete provenía del análisis isotópico de los esqueletos de los bebés, pero esto sólo podía dar una idea aproximada de cuándo se destetaba a los niños, no de lo que estaban comiendo/bebiendo, apunta el mismo comunicado.

Con información de Notimex

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