A inicios de año, una joven se hizo viral en redes sociales tras perder un ajo en su vagina. Este se lo había colocado allí por sus propiedades para la salud.
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Con el fin de cumplir un ritual karmico, la joven metió un diente de ajo en su zona íntima y, al publicar su experiencia en redes sociales, encendió el debate.
Otras chicas se sumaron a la conversación para comentar que el ajo era un poderoso antimicótico natural que puede ayudar a fortalecer las paredes vaginales como lo hacen los huevos de jade.
Sin embargo, la doctora Jennifer Gunter explicó en la misma plataforma que introducirse un ajo como remedio natural no es siempre la opción más adecuada para la salud vaginal.
El ajo contiene Alicina y eso lo vuelve un buen antimicótico, pero su uso para tratamientos vaginales no ha sido probado en laboratorios, por lo tanto, no está recomendado para que lo empleen las mujeres.
De acuerdo a Gunter, el ajo también podría favorecer a la proliferación de microbios y hongos ajenos a la flora vaginal, pues no deja de ser un agente externo.
“Los aficionados al ajo en la vagina recomiendan insertar un diente. Esto quiere decir que no saben que para obtener alicina el ajo tiene que ser cortado o machacado”
… detalló la especialista y añadió que “el efecto placebo es fuerte. Si crees que un ajo en la vagina te hará sentir mejor, probablemente lo consigas”.
Jennifer Gunter es obstetra y ginecóloga, a lo largo de su carrera ha escrito varios libros sobre la salud de la mujer y también advirtió que ni las esponjas de mar ni el jugo de limón deben entrar en contacto con tu parte íntima.
