El aumento en la acidez registrada en el Océano Pacífico está debilitando los caparazones de los cangrejos de América del Norte, y Metacarcinus magister figura entre las especies más vulnerables a estos cambios.
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También conocido como cangrejo de Dungeness, esta especie de crustacea es la más importante en el marco comercial, por lo que una caída en su población tendría un impacto considerable en la industria pesquera.
Un estudio publicado en la revista académica Science of Total Environment reveló que los bajos niveles de pH afectan con mayor gravedad a las larvas de los crustáceos y reduce la capacidad del caparazón para regular el desarrollo de los músculos.
El pH es una escala que mide la acidez o la alcalinidad de una disolución. En el mar, el pH debe estar entre 8.1 y 8.2, pero el estudio registró las aguas de la costa a un muy peligroso 7.48. Entre más bajo en la escala, mayor la acidez.
Estos niveles más bajos de pH contribuyen a desestabilizar los mecanorreceptores de las larvas, lo que aumenta la posibilidad perder ciertas funciones sensoriales y afectar el comportamiento a largo plazo.
En lo que respecta a los ejemplares adultos, el estudio no arrojó resultados contundentes, pero con el aumento de acidez se observaron algunos “patrones de comportamiento aberrantes […] en varias especies de crustáceos”, entre estos, “movimientos más lentos, menos táctiles, tiempo de búsqueda prolongado, así como un deterioro al nadar”.
Desde hace tiempo, la comunidad científica ha lanzado alertas sobre el incremento de acidez en el mar. El cambio se debe al consumo de combustibles fósiles. A medida que se libera dióxido de carbono a la atmósfera, el gas se disuelve en el agua del océano, lo que produce ácido carbónico.
El aumento de acidez puede traer consigo un efecto devastador sobre la vida marina, y los cangrejos de Dungeness solo representan una pequeña porción del daño total.
