Gran sorpresa se llevó un conductor identificado como Fernando “N” el pasado 14 de agosto al descubrir a un niño de dos años de edad abandonado en su unidad de transporte colectivo. Mientras realizaba su recorrido habitual, que va del metro Aeropuerto de la CDMX al municipio de Chicoloapan en el Edomex, un pasajero le avisó que había un menor dormido en los asientos traseros de la camioneta. El chofer de la ruta 83 reaccionó de forma inmediata y llamó a urgencias para asegurar el bienestar del pequeño.
El equipo médico que arribó al lugar reportó que el menor no reportaba daños en su estado físico. Tras la revisión, el niño y el conductor se presentaron en un Ministerio Público para dar cuenta del hallazgo; sin embargo, hasta el momento no hay indicios de que alguien esté buscando al infante.
En México hay varias instituciones dedicadas al registro y la búsqueda de personas desaparecidas (como la Alerta Amber), pero no para “personas encontradas”. Sin embargo, hay organismos dedicados a la protección de niños en situación de abandono. La Red por los Derechos de la Infancia en México, por ejemplo, ofrece asesoría jurídica para promover los derechos de los niños. Dentro del sector público, hay que reconocer la labor del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), que proporciona asistencia social e impulsa políticas públicas para la correcta integración familiar.
El problema de los niños abandonados en México no es menor. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el año 2015 había más de 30 mil niños y adolescentes viviendo en orfanatos y una cantidad muy similar vivía sin la atención ni el cuidado de ningún adulto. Un agravante de esta situación es lo complicado que resultan los trámites de adopción en nuestro país. De acuerdo con la Dirección de Estadística del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, de mil 247 peticiones de adopción realizadas entre 2012 y 2017, sólo 440 fueron atendidas.
Según la Unicef, México ocupa el segundo sitio a nivel continental por la cantidad de niños que viven en orfanatos, que es de 1.6 millones, adelantado por Brasil, con 3.7 millones.
