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CRIMEN Y SEGURIDAD

21 años después, niña desaparecida regresa a casa hablando otro idioma

Hace 21 años, Crystal Haag desapareció de su casa. Vivía en una pequeña casa popular de dos pisos en Baltimore y su madre, Cynthia Haag tenía que ir a trabajar turnos dobles para mantener a cinco hijos. La tarde en que su hija desapareció, Cynthia salió a trabajar en una tienda de abarrotes. Se despidió de su hija pidiéndole que no saliera de casa… cuando regresó, ella ya no estaba ahí.

Cynthia preguntó primero entre los vecinos, buscó en la colonia, pero no encontró a su hija. Crystal había desaparecido. Al principio, la policía buscó a la joven de 14 años por todas partes, hasta que, diez años después de su desaparición, abandonaron las búsquedas. Sin mucha esperanza, pero con el eterno deseo de volver a ver a su hija, Cynthia permaneció en la misma casa pensando que, tal vez, algún día, Crystal reaparecería.

21 años después, así sucedió… pero la historia de este reencuentro fue todo menos alegre. Al regresar a casa, Crystal contó el motivo de su fuga: desde que tenía 9 años, un vecino la violaba. El abuso fue tan común y tan frecuente que Crystal empezó a pensar que su madre estaba al tanto y que ella lo permitía. Escapar parecía ser la única opción.

Crystal huyó de casa para ver a unos amigos, se quedó con ellos un tiempo y luego compró un boleto para Nueva York. En esa ciudad se cambió el nombre y se instaló en la zona dominicana de Harlem. Ahí, encontró una nueva vida: aprendió español, tuvo cuatro hijos e insistió en que, fuera de sus nuevos allegados, no tenía ninguna familia.

Sin embargo, 20 años después de su fuga, Crystal empezó a extrañar su viejo hogar. Buscó, entonces, a su verdadera familia a través de Facebook. Cuando los encontró, entabló una conversación con su hermano y su hermana para, finalmente, pactar el reencuentro. Poco tiempo después, Crystal estaba regresando a la casa que, dos décadas atrás, había abandonado.

Ahí, tuvo que confrontar a su madre sobre las violaciones que sufrió y el abandono de su parte. Crystal tiene un recuerdo muy distinto de su infancia que el de su madre: no fue una niña feliz y recuerda siempre estar ausente de la casa, fugarse constantemente. Su madre, Cynthia, negó rotundamente saber nada de las violaciones y explicó que recordaba a Crystal como una niña feliz y risueña.

Actualmente, Crystal se mudó a Baltimore para estar más cerca de su familia. Aún así, las relaciones con su madre siguen siendo tensas y Crystal no termina de aceptar su visión de lo sucedido.

Cada año, miles de niños desaparecen en Estados Unidos. Muchos son encontrados en días y algunos regresan en semanas o meses. Pero casos como los de Crystal son extremadamente raros. Y, como vimos, pueden tener sustratos profundamente trágicos.

Con información de The Washington Post