Desde el pasado 1 de marzo, Estados Unidos ha desperdiciado por lo menos 15.1 millones de dosis de vacunas contra el covid, de acuerdo a una investigación de NBC News. Mientras que países como Haití, con una población de 11 millones de habitantes, no ha vacunado ni al 0.5 por ciento de su población.
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Según cifras de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la fuente principal de este desperdicio han sido las cadenas nacionales de farmacias.
Walgreens está a la cabeza con 2.6 millones de dosis perdidas, seguida por CVS con 2.3 millones. Walmart ha registrado 1.6 millones de dosis perdidas, y en cuarto lugar está Rite Aid, con 1.1 millones.
Más abajo en la lista se encuentran los Departamentos de Salud de cada estado, como en el caso de Texas con poco más de 500 mil dosis perdidas. La investigación señala que la suma total de dosis perdidas puede ser más elevada, ya que los CDC no cuenta con los registros totales de todas las entidades del país.
Para colocar las cifras en el contexto apropiado, desde el inicio de la vacunación (en diciembre de 2020) Estados Unidos ha aplicado 438 millones de dosis, por lo que el desperdicio representa un 3.4 por ciento del total. Estados Unidos también ha entregado 111.7 millones de dosis adicionales a otros países, incluyendo México.
No obstante, los datos muestran que Estados Unidos ha desperdiciado muchas más dosis de vacunas que el resto del mundo. En México por ejemplo, cifras oficiales de la Secretaría de Salud indican que, hasta el 31 de agosto, se han aplicado 84,946,443 dosis. Entre las “dosis perdidas” se han reportado 66,291, lo que representa un 0.07 por ciento del total.
Vacunación en Estados Unidos (Mario Tama/Getty Images)
Desigualdad sanitaria
“Es una cuestión de equidad”, señaló Tim Doran, profesor de política sanitaria en la Universidad de York (Reino Unido). “Tienes un país muy rico con buen acceso a las vacunas, básicamente, tirando vacunas, y muchas vacunas; y tienes otros países y otras comunidades dentro de esos países que realmente necesitan [esas dosis], que tuvieron que esperar y no tienen acceso a la vacuna y eso los hace susceptibles mientras esperan la vacunación”.
Para otros especialistas, el desperdicio de tantas dosis era “inevitable según el modelo” en el que los países ricos compraban grandes cantidades de vacunas para sí mismos, y solo pensaban en donarlas a los países más pobres más adelante.
“Es un fracaso del sistema actual en el que los países ricos compran sus lotes individuales de vacunas y luego tienen que pensar en lo que sucederá si no las usan”, dijo Sharifah Sekalala, profesor de la Universidad de Warwick (Reino Unido). “Esto llevó a una compra excesiva, con personas comprando suministros que no necesitaban o no podían usar”.
“Es realmente trágico que tengamos una situación en la que se desperdicien las vacunas mientras muchos países africanos no han vacunado ni al 5 por ciento de su población”, agregó el especialista en enfermedades infecciosas.
¿Cómo se desperdician tantas dosis?
La mayor parte del desperdicio se ha dado entre junio y agosto, cuando se abrió la vacunación a toda la población estadounidense mayor de 18 años. Nada más en julio se echaron a perder más de 4 millones de dosis.
Uno de los factores que ha contribuido a esta situación es la manera en que las vacunas son envasadas, en paquetes que contienen hasta 15 dosis por vial (Moderna), o hasta 6 o 5 dosis por vial, como en el caso de las vacunas de Pfizer y Johnson & Johnson, respectivamente. En contraste, la mayoría de las vacunas para otras enfermedades vienen en viales de una sola dosis.
Al momento en que se perfora un vial, el reloj comienza a correr. Un frasco de la vacuna de Moderna debe desecharse 12 horas después de su punción, mientras que Pfizer y Johnson & Johnson deben desecharse después de seis horas.
¿Qué pasa cuando una farmacia minorista solo atiende a cierto número de clientes por día, número que no corresponde a las dosis con las que dispone? El resto de las dosis se van a la basura.
