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Veracruz: la tierra mexicana que une etnias y raíces

Veracruz ha recibido etnias de todas partes del mundo, que con su historia echan raíces y forman parte de una gran diversidad.

Veracruz es un estado rico en diversidad cultural, gastronómica, étnica y silvestre. Tiene mucho que ofrecernos y con su patrimonio, desde el origen de sus pobladores echa raíces hacia lo más profundo de nuestro pasado. Éste se entreteje de a poco con hechos históricos, conquistas y viajes que tuvieron lugar a las orillas de su puerto.

Desde tiempos prehispánicos hasta la actualidad, pueblos originarios se asentaron en sus tierras y fundaron ciudades a lo largo de su territorio. Hoy son siete las regiones que conforman al estado: las Grandes Montañas, Totonacapan, el Istmo Veracruzano, las Llanuras de Sotavento, Tuxtlas, la Huasteca y la Sierra de Huayacocotla, donde además, viven Otomies, Tenekes, Nahuas, Tepehuas, Totonacas, Popolucas, Zapotecas y Mazaremos.

‘Brujo’ de Catemaco en medio de un ritual. (Noticieros Televisa)

A lo largo de la historia, este sitio no sólo cobijó a indígenas, sino que se nutrió de otros visitantes que arribaron a sus costas en busca de un nuevo comienzo y otra vida.

Cruzando el Atlántico y navegando por el golfo, las grandes migraciones que durante el siglo XIX e inicios del XX se manifestaron en Europa, trajeron a Veracruz un flujo de pobladores decididos a conquistar el nuevo mundo.

Divididos entre migraciones colectivas y espontáneas, los viajeros del primer grupo realizaron la travesía con el propósito de colonizar los territorios descubiertos, mientras que los segundos se movieron por distintas naturalezas: la del impulso innato a cruzar fronteras, y por los esclavos y marginados.

Importantes edificaciones se hicieron durante la época de la conquista. (Noticieros Televisa)

Visitantes que llegaron para quedarse

Quienes llegaron a Veracruz en grandes colectivos, pertenecían en su mayoría al sector campesino de España y otros países europeos. No eran grupos del todo pobres, pero tampoco de los más acaudalados de su región.

Atraídos también por una estrategia de colonización que buscaba poblar el sureste mexicano durante el siglo XIX, estos visitantes encontraron el lugar idóneo para establecerse y encabezar una nueva pirámide demográfica con mayores beneficios.

Enclaves de inmigrantes extranjeros en Veracruz. (Extranjeros en Veracruz: Siglos XIX y XX/David Alan Skerritt Gardner)

Respaldados por un gobierno mexicano deseoso de abrir sus puertas a nuevos locatarios y viajeros en busca de un sitio que pudieran llamar hogar, la misión del proyecto migrante se cumplió con el objetivo de dar, a quienes lo desearan, una oportunidad para forjar un patrimonio con tierra fértil y virgen, construyendo a la clase agraria mexicana que explotaría las capacidades del campo a través de los adelantos vistos en su país de origen.

Pese a las difíciles condiciones salubres y naturales del ecosistema veracruzano, con las que ninguna de las partes contaba, los más hábiles se adaptaron al entorno y mutaron hacia una renovada estructura social.

Los nómadas y exploradores

Españoles

Estableciéndose desde tiempos de La Conquista, su patrimonio en Veracruz sirvió para que aquellos más jóvenes que salían desde España, en grupo o en solitario, probaran una suerte distinta a la de sus antepasados. Al llegar a tierra firme, estos tripulantes eran recibidos por amigos o familiares que ya tenían una base sustentada de supervivencia en nuestro país.

Ya fuera mediante comercios, tiendas de abarrotes, o pequeños negocios locales, los gremios fueron extendiéndose a lo largo de Veracruz y en poco tiempo formaron parte del panorama estatal.

Rey Felipe VI de España durante una charla con la comunidad española de Veracruz. (Getty Images/Miguel Tovar, 2014)

Aunque en su gran mayoría eran comerciantes, muchos exiliados arribaron a territorio veracruzano desde el siglo XlX, repitiendo la historia durante 1936 a 1939 en tiempos de la Guerra Civil Española. 

Viajando como polizones, escapando de un pasado turbio o simplemente apostando su suerte al destino, estos visitantes enriquecerían la cultura y tradiciones veracruzanas en aspectos artísticos, sociales y económicos.

(Noticieros Televisa)

Italianos

Con los grandes grupos que salieron de Europa, también vinieron los italianos. Éstos fueron contratados para desarrollar obras de construcción y movilidad en ambiciosos proyectos que nunca terminarían de realizarse, como una vía férrea que atravesaba gran parte del estado.

A más de cien años de su llegada, las aportaciones de estos viajeros siguen presentes en Veracruz, ya que, si algunos fueron contratados como mano obrera, otros arribaron para heredar un patrimonio importante como lo hizo José Zaparí, un arquitecto a quien debemos el ahora Museo de la Ciudad y el Edificio Trigueros.

El Edificio Trigueros es uno de los más visitados en la ciudad. (Centro Histórico de Veracruz)

Al igual que con los españoles, las puertas a los italianos se abrieron en pro del liberalismo, impulsando con él la modernidad, la paz y el progreso. Desde el imperio español hasta finales de siglo XIX, su presencia en la costa de Veracruz se ha mantenido activa, primero con 200 visitantes llegando a Tecolutla y después con más de 428 personas cruzando el Atlántico hacia nuestra tierra.

Franceses y alemanes

Los primeros, al igual que los alemanes que poblaron zonas marginadas en territorio germano, fueron parte de los nuevos colonos en la tierra del café. Se asentaron donde les fue posible hallar espacio y de a poco echaron las raíces que aportarían un gran ingenio a la diversidad étnica.

Los franceses, además de haber vivido dos intervenciones en el puerto de Veracruz y sus costas, vinieron con los Barceloneses, originarios de Barcelonnette. Su migración inició en el año 1821 con los hermanos Artaud, comerciantes de tela que volverían a casa para incentivar el viaje hacia el nuevo mundo.

En Barcelonnette, las condiciones climáticas dificultaron la producción comercial. (Facebook/Barcelonnette)

Trabajando desde 1830 y 1840, por mayoreo y menudeo en los comercios locales, los franceses se abrieron camino con la industria textil para luego desarrollar toda una red mercantil que cubrió desde el hilado, tejido y la impresión de algodón, hasta el sector agrícola.

Para 1910, luego de ocupar algunas de las zonas importantes como Orizaba o San Rafael, los franceses poseían en nuestro país el 55% de las inversiones extranjeras, además de impulsar el cultivo de la vainilla silvestre, el plátano reatan y la cría del cebú.

Cultivos de vainilla veracruzana. (Noticieros Televisa)

Siguiendo la línea de apertura económica, los alemanes fueron parte de los migrantes que residieron algún tiempo en Veracruz. Con la figura titular de Alexander Von Humboldt, las visiones de las maravillas por descubrir en México alentaron a diferentes sectores de la población germana a emprender el viaje.

Se establecieron durante el auge de los cafetales en la zona del Mirador, para después dispersarse a otros estados y ciudades como Campeche, Puebla, Mazatlán y Ciudad Juárez.

Saliendo desde las zonas más marginadas hasta de los nichos intelectuales, la migración alemana se especializó en el sector minero, que requería modernizarse principalmente durante el Porfiriato.

(Noticieros Televisa)

Los afroamericanos

Viajaban en calidad de esclavos y en las tierras americanas ocuparon un lugar inferior al de los indígenas dentro de la escala social.

La historia cuenta que fueron quienes dieron al puerto la estructura que posee en la actualidad, ya que se encargaron de construir y levantar fuertes, además de emplearse en compañías petroleras estadounidenses. 

Se desempeñaron como oficiales, aprendices y maestros en gremios de herreros, pintores, arquitectos, talabarteros y sastres.

Faro en el puerto de Coatzacoalcos. (Noticieros Televisa)

Llegando a través del Atlántico al puerto del Golfo, para muchos el destino final era la Ciudad de México, pero ocupados en el trabajo de los campos azucareros y las minas del lugar, algunos se asentaron en el sureste.

Veracruz fue el puerto autorizado para el intercambio comercial con Europa durante la época colonial y la entrada principal a la Nueva España. Gran parte de las personas africanas esclavizadas llegaron a la Nueva España por este puerto y, si bien no todas se quedaron en esa región, muchas fueron destinadas a trabajos en las haciendas azucareras de Córdoba y Xalapa, a las actividades de ganadería en Sotavento y en las ciudades a oficios como el servicio doméstico y, de manera destacada, a las milicias de pardos y mulatos.” –Adriana Naveda, 1987

Influyendo en las manifestaciones artísticas y culturales, los afroamericanos, en mayor medida provenientes del Caribe, aportaron parte de sus tradiciones y costumbres al desarrollo intelectual de esta región, enriqueciéndola con bailes, cantos y ritos.

El Carnaval de Coyolillo se realiza en febrero, y es una fiesta tradicional de origen africano. (Noticieros Televisa)

Expresiones culturales como los carnavales del puerto, en particular el de Coyolillo, la música como el son jarocho de Sotavento, los bailes, la comida y los nombres de varios pueblos como Mandinga, Matosa o Mozomboa, posiblemente derivados de antiguos palenques (lugares formados por esclavos que huían de las haciendas y de la esclavitud), son testimonio de la participación de personas africanas y afrodescendientes en el área”. –Conapred, Veracruz también es el Caribe.

Con su característica alegría y soltura nativa, cimentaron las bases de las primeras festividades y celebraciones modernas. Quienes alcanzaron la libertad fundaron los palenques, refugios a los que llegar luego de huir de las haciendas en las que servían y desfilaron en las fuerzas militares para ganarse la vida.

Para poco antes de 1609 cuando fundaron el primer pueblo libre de América en el municipio de Yanga, logrando incluso el reconocimiento independiente ante el sistema virreinal.

La música veracruzana tiene influencias afroamericanas. (Noticieros Televisa)

En las constantes invasiones e intervenciones, los mulatos, hijos de afroamericanos y personas de piel blanca, defendieron su nueva patria, mientras que las mujeres afro-veracruzanas se dedicaron a las faenas del campo.

De sus manos surgió el azúcar y con sus voces, cantos y danzas armonizaron el trabajo de cocineras, parteras, comerciantes, nodrizas y hasta curanderas.

Mujer veracruzana. (Facebook/Veracruz Turismo)

En la actualidad, los afrodescendientes siguen ocupando los lugares en que forjaron una historia. Son considerados la tercera raíz de nuestra sociedad, y ya que para muchos su forma de vida ha despertado una gran curiosidad, su legado dentro de los movimientos migratorios es indiscutible.

Danzantes veracruzanos. (Noticieros Televisa)

Los nuevos aprendizajes

Es cierto que el primer encuentro de todos estos colectivos en una sola zona geográfica produjo una aglomeración de conocimientos, tradiciones, costumbres y filosofías, pero conforme las euforias se fueron encauzando, las influencias supieron afianzarse unas con otras para poblar un mismo espacio y enriquecerse juntas.

Si bien a Veracruz llegaron comerciantes, marginados, obreros y nómadas, también lo hicieron intelectuales y maestres en diferentes ciencias, artes y oficios que hoy nos dejan un importante legado cultural.

Zona arqueológica de El Tajín. (Noticieros Televisa)

El encuentro entre migraciones y pobladores originarios en una tierra tan maravillosa, alegre y rica en historia por la visión de sus ancestros indigenistas, hizo que Veracruz diera los primeros pasos hacia consolidarse como la tierra de ciénagas, pantanos y cañaverales que hoy conmueve a países enteros.

El flujo de ideas libres, al igual que su naturaleza silvestre donde un sin fin de conceptos se transformaron en un multi-universo, la ha vuelto una de las áreas urbanas más sobresalientes de México y el mundo.

Poblador de Papantla, Veracruz admirando un mural de la pirámide de Nichos. (Facebook/Turismo Veracruz)

Entre sus élites y etnias se generó un gran intercambio de culturas y lenguajes que revolucionaron modelos de educación, desarrollo y crecimiento, mejorando un sin número de doctrinas y manifestaciones que ahora son el resultado de la mezcla cultural que integra las mejores partes de aquellos viajeros del mundo.

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